La diseñadora tiene muy presente el recuerdo de su abuela todos los días de su vida. "Desde que era pequeña, porque viví con mi abuela que era modista, el mundo de la moda fue muy atractivo y era a lo que me quería dedicar. Tengo en mi retina grabado la forma en qeu mi abuela tocaba las prendas y sin querer me veo haciendo lo mismo", dice la diseñadora que descubrió con un vestido que diseñó para Salma Hayeck que los sueños se pueden alcanzar. "Todo es posible y hay que soñar porque los sueños se cumplen más veces de lo que uno se imagina", dice Alma, que trata de compaginar su vida profesional y personal. "Todo lo demás tiene solución menos el tiempo que dejas de pasar con los tuyos."