La confesión, íntegra, de Santiago del Valle

LIDIA RUIZ CONDADO 02/04/2008 12:57

Estas son las palabras que inculpan a Santiago del Valle de la muerte de la pequeña Mari Luz:

"Vi cruzar una niña de unos cuatro años por delante de la ventana de mi casa. Le llamé la atención diciéndole: Bonita, ¿quieres un caramelo? Y ella se quedó parada en el portal. Entonces salí a la puerta y le enseñé un 'chupa-chups'. La niña entró en el portal y empezó a subir las escaleras. Notó algo raro y se asustó y se volvió demasiado rápido tropezando y cayendo hacia atrás y se golpeó en la parte trasera de la cabeza contra algún escalón. Seguidamente bajó las escaleras y la miré para ver que le había pasado y me di cuenta de que no se movía. Luego cogí un carro de la compra mientras la pequeña permanecía en el suelo. Cogí a la niña y la metí dentro del carro".

Lo más relevante de estas declaraciones es que Santiago del Valle afirma que cuando abandona a Mari Luz, está todavía viva.

"Recuerdo que dejé a la niña sentada en un sitio sobre una rejilla de las que se colocan para que no se meta la gente en las obras. Cuando me marchaba miré hacia atrás para ver si se movía y me di cuenta de que movía los pies. No pensé en tirarla a ningún lado de esos".

Además, Santiago del Valle insiste en la inocencia de su hermana Rosa y de su esposa Isabel:

"Ni mi mujer ni mi hermana tienen nada que ver con la desaparición y muerte de Mari Luz. Mi mujer se encontraba en el domicilio acostada y mi hermana también estaba en la cama porque había pasado una noche muy mala".

Santiago del Valle justifica así su comportamiento pedófilo:

"Posteriormente a la fecha de la muerte de mi hija, noté que me gustaban las niñas chicas, que me gustaba tocarles el culo sin llegar a más. Que pude llegar a eso porque me acusaron de abusar de mi niña cuando eso era mentira".

Con estas declaraciones, según ha comentado Nacho Abad, el presunto asesino de Mari Luz intenta que se le impute un "homicidio improcedente en vez de un asesinato como tal". Abad también ha tenido acceso a las afirmaciones de la esposa del imputado, Isabel. En ellas comenta que Del Valle, el día de la desaparición de Mari Luz, se quito unas botas llena de barro y "las metió en la lavadora y las lavó dos veces". Además la mujer confiesa que ha sufrido "malos tratos por parte de su marido".