Antes de fundar Nóos, Urdangarin expuso a un amigo sus anhelos profesionales

telecinco.es 25/01/2013 12:58

En diciembre de 2002, Iñaki Urdangari ya perfilaba los detalles de su nuevo proyecto profesional, el Instituto Nóos y enviaba una sincera carta a un amigo íntimo en la que le agradecía la ayuda con el nombre y le revelaba sus anhelos profesionales y los motivos que le habían llevado a abandonar la empresa Octagon y emprender una nueva aventura profesional. "Durante los 15 meses en Octagon, choco en gran medida con formas de pensamiento y actuar. Por consiguiente mi frustración va en aumento. Realmente creo que, sin ninguna mala intención porque no son malas personas, no ha habido un proyecto claro para mí. ¿Qué solución veo? Un campo donde encuentre talento para aprender, recorrido para avanzar y profundidad de campo para aportar", escribía Urdangarin en una carta a la que ha tenido acceso en exclusiva 'El programa de Ana Rosa'.

Para esta nueva andadura profesional, Iñaki Urdangarin había encontrado a los compañeros perfectos, y así se lo comunica a su amigo. "El talento lo he encontrado en Diego Torres y su grupo de colaboradores. Tanto él como los colegas han sido profesores míos de Esade. He descubierto que rodeado de gente buena, crezco, mis ganas de aprender no tienen fin, mi motivación se dispara. Podrás pensar que los conozco poco, pero tengo buen feeling."

Iñaki Urdangarin se sentía cómodo en su nuevo papel. "Nunca me he encontrado tan relajado con respecto a la utilización de mi imagen. Pierdo mi sueldo (actualmente 35 millones de pesetas de las de antes) pero aprender al mismo tiempo que servir, me tienta. Ser mi propio jefe y evitar las malas interpretaciones, me apetece. Ya conoces mi inquietud, mi ritmo acelerado, mi búsqueda de la mejora sin cese. No puedo ocultar mi embriaguez ante un reto. Prefiero invertir para disfrutar y ser feliz. Ganar menos pero con más valor. Volar y con el tiempo ver que el valor de mis ideas junto con las de mis compañeros hace que me gane la vida dignamente, sin dependencias. Por supuesto la consultoría es muy solitaria, hoy me siento solo en la empresa. Posiblemente prefiera una soledad con aprendizaje que una comunidad solitaria. Debo ser bueno en algo."

La Infanta Cristina, su gran apoyo

En esta carta, Iñaki Urdangarin también le cuenta a su amigo que Cristina es su gran apoyo y que su familia cree que todo saldrá bien. "Cristina vive como yo mi frustración. Una vez más se pone mi camiseta y me anima. Dios mío, qué suerte tengo. A Carlos García Revenga le doy sana envidia de saltar el precipicio. Él se lo ha planteado alguna vez y nunca lo ha conseguido. Mi familia no lo vive mucho. Suponen que todo irá bien y que tengo recursos para remar. El más escéptico es Mitch, cree que me vendría bien más rodaje. Dos personas de común admiración por parte de Cristina y mío lo ven claro y de manera razonada piensan que el mundo está hecho para valientes."