La receptora del cráneo en Castro Urdiales cuenta los detalles tras el crimen: "Carmen se lo tomaba a cachondeo"

  • "Cuando le decía 'o vienes a por el paquete o lo abro', Carmen me decía: 'Ni se te ocurra"

  • "Según iba abriendo las bolsas iba desprendiendo un olor extraño"

  • "Le dije '¿sabes lo hay en la caja?' y Carmen me dijo 'sí, voy para allá"

El crimen de Castro Urdiales impactó a toda la sociedad. Carmen Merino envolvió presuntamente la cabeza de su pareja fallecida, Jesús Mari Baranda, y se la entregó a su vecina con la excusa de que eran juguetes sexuales. La mujer que guardó el cráneo habla por primera vez y confiesa todo lo ocurrido en 'El programa de Ana Rosa'.

La vecina pidió que se llevara el paquete y Carmen se negaba

La vecina confiesa que rogó en varias ocasiones a la pareja de Jesús que recogiera la caja en la que supuestamente había juguetes sexuales: "Cuando yo le decía 'o vienes a por el paquete o lo abro', Carmen siempre me contestaba: 'Ni se te ocurra".

La implicada en el caso desvela que después de tantas peticiones a la presunta asesina acabó por desesperarse: "Creo que Carmen se lo tomaba a cachondeo". Viendo la poca iniciativa de la sospechosa en recoger el paquete, la entrevistada confirma que decidió ver qué había dentro y cuál era el contenido: "Según iba abriendo las bolsas iba desprendiendo un olor extraño".

En el programa de Ana Rosa' mostró las imágenes del sumario del caso tomadas por los agentes. En las fotografías cómo la cabeza del fallecido está envuelta en cuatro capas de bolsas e introducida en el interior de un neceser.

La amiga que guardó el cráneo confirma que Carmen confesó qué había dentro

Tras abrir el neceser, abrir las bolsas y ver la cabeza de Jesús Mari la mujer entró en estado de shock: "Esperamos a que llegase la Guardia Civil". Además, la vecina llega a confesar que "llamé a Carmen antes de que llegaran".

La conversación no fue muy larga, cargada de tensión y asombro: "Le dije por teléfono '¿sabes lo que hay en la caja?' y ella me contestó: 'Sí, ahora voy". Tal fue la sangre fría de Carmen que llegó a reprocharle a su vecina que no la hubiese llamado antes de llamar a la Guardia Civil.

Al llegar allí, la vecina confiesa que "mi hermana se asomó por el balcón y le dijo a Carmen que no subiera hasta que la Guardia Civil llegara".