Italia prueba su propio veneno

Mediaset Sport 14/06/2012 22:39

Antaño, Italia era sí o sí la selección más poderosa físicamente de cualquier competición. Pero hay algo que a quienes nos sorprende es al resto de las naciones. Italia, por primera vez en muchos años, ya no sale sólo a defender.

Cuanto más les criticaban, más se regodeaban. Es legendaria la pancarta que sacaban los tiffossi para animar a la azzurra en competiciones internacionales donde se podía leer 'Catenaccio'.

Estaban orgullosos de una forma de jugar que cosechaba más siestas entre los aficionados que las etapas llanas del Tour de Francia. Y aunque se podría decir que el catenaccio tiene algo de español –Helenio Herrera en el Inter dibujó más de una vez un esquema de nueve defensas y sólo Luis Suárez por delante-, nadie es capaz de asociar ese esquema a otro equipo que no sea italiano. Pero se ha terminado.

Italia ha salido contra Croacia a tener el balón. Y ha hecho un primer tiempo formidable, coronado con un merecido gol que les ha puesto por delante. Comanda la nave Pirlo, él decide cuándo, cómo y dónde se ataca y se defiende. Él dio el pase a Di Natale en su gol contra España, él ha marcado de falta a Croacia. Pirlo ha jugado toda esta década con Italia, pero era una selección donde también destacaban Gattusso, Camoranesi, Nesta o Materazzi. Tipos duros.

Ver a Italia atacar es esperar a que Pirlo decida si ceder al regate de arabescos e internada de Cassano, a la potencia de Balotelli o la clase del napolitano Di Natale. Ver a Italia es un placer para los sentidos ¿y qué ha ocurrido? Pues que están en situación crítica.

El fútbol no es justo y ellos lo saben bien, que siempre les han acusado de ganar injustamente. Pero ahora el destino ha dado una voltereta muy caprichosa. En La Repubblica, el analista Alessandro Vocalelli, se ha quejado de que Italia ha renunciado a la posesión del balón sólo media hora y se ha llevado un empate. En el Corrirere della Sera, Luca Gelmini se lamenta de que el gol de los croatas haya llegado sólo por aprovechar un error de Chiellini. También el propio Pirlo ha declarado aquello tan socorrido de que si perdonas el segundo y no sentencias, corres el riesgo de que te empaten.

Paradójicamente, Italia ha abandonado el catenaccio y ha empezado a sufrir ipso facto los rigores de su veneno. Los 'resultados injustos', el jugar bien pero no ganar. Aunque tranquila, Italia, el que reconoce su error ya ha cumplido la mitad de su penitencia.