Un comentario inocente justo después de nominar provocó las mas aviesas miradas de Eduardo a Laura. La chica se percató y le preguntó a que venía tanto desdén. "no me caes bien, sobreactúaas y a mi una persona que sobreactúa no me gusta nada", le espetó el analista ni corto ni perezoso.
El desplante enfurecíó a Laura, que furiosa le confesó que le había metido tres puntos y le hubiera metido nueve si hubiera podido. Pero Edu no escuchaba nada. El informático se había quitado el audífono y miraba sereno a la mujer de rojo que, desquiciada, trataba en vano de traspasar a grito pelado el limitado umbral auiditivo del muchacho: "A partir de ahora ni me mires, cuando te ponga es chisme ese te lo volvere a decir. Eres un falso, ojalá te fueras nominado y te fueras a la puta calle, te guste o te deje de gustar voy a hablar cuando me salga del santisimo potorro".
Edu solo volvió a abrir la boca para echarle en cara a Laura que llevara unos calzoncillos de su novio cuando había estado toda la semana tonteando con Marcelo. Aquello fue la gota que colmó el vaso, sobre todo porque aquella prenda íntima no era de su Samu, sino de su sobrino "el cagapoquino". "¡A mi novio o a mi exnovio ni le nombres, es lo que me faltaba que un poersonaje como tu nombre a mi expareja o lo que sea!".
El resto de los compañeros seguía la discusión patidifusos, no sabemos muy bien si por la inquina de la moza o por la tremenda revelación que acababan de escuchar. Si amigos, ¡¡Laura se acababa de referir a Samuel como su ex!!
La sangre, una vez más no llegó al río. No es la primera vez que Edu se calienta verbalmente con Laura ni tampoco es la primera vez que ha entrado en razón y ha querido hacer las paces, aunque luego lamentaba en el que nunca se van a llegar a entender. Ella en cambio aceptó sus disculpas con franqueza y riendo.