La secuencia de colores que cada noche los concursantes debían reproducir en la prueba semanal, iba aumentando día a día de forma que según transcurría la semana, los fallos se fueron multiplicando. Así, la despensa se iba organizando para las vacas flacas, y Mirentxu planeaba los menús pobres para épocas de necesidad.
Sin embargo, la prueba estaba superada desde el primer día ya que el concurso sólo les pedía que cada equipo reprodujera una secuencia.
Cuando todos lo celebraban, 'el Súper' les daba la mala noticia: iban a ser sancionados por haber fotografiado las pantallas de plasma en las que se mostraban las combinaciones de colores, algo prohibido por las normas.
En concreto era Julito el que era 'captado' tomando las fotos. El canario negaba la mayor en el confesionario, pero la organización del concurso había observado que en la tarjeta de memoria de la cámara habían sido borradas 4 instantáneas. El castigo dejaba al concursante deshecho por la 'culpa'. Un Julito muy afectado por la broma que el día anterior había gastado a su querida Mirentxu a la que casi dejba ciega con un spray en una broma pesada que la vasca le perdonaba poco después. Pero el perdón de la veterana no evitaba que el tinerfeño se sintiera mal: "vaya semana que llevo".
Así las cosas, el presupuesto para la compra queda reducido a la mitad, por lo que los concursantes han optado por disminuir también el dinero destinado a sus 'caprichos'.