Tanto se están extremando las posturas de los amantes de Cádiz que nada parece cuadrar en su, en un principio, idílico romance. Rubén, siendo el que parecía que mejor lo iba a llevar, según ambos coinciden en afirmar, es el que peor lo esta pasando con la distancia. Chari, sin embargo, no hace más que dudar de las bases de su relación.
"Yo no estaba bien-bien con él. Mi relación no es perfecta. Aunque todo el mundo me diga que me ama mucho, a veces no lo he sentido así. Hay días que no pienso en él", ha confesado la rubia concursante a Mireia y otras de las chicas. Además, lejos de cortarse, ha lanzado un alegato al aire pro-negatividad: "Cuando pienso que las mismas situaciones que estoy viviendo yo las está viviendo él, pues egoístamente no me gusta. Ante lo desconocido, prefiero pensar lo peor".
Rubén , sin embargo, no hace otra cosa que ponerse tierno. Cuesta abajo y sin fresos, suspira por los confesionarios: "Estoy muy enamorado. Antes en la calle a lo mejor era un poquito más pasota y ella me lo decía y siempre se ha quejado de eso. Aquí me doy cuenta de que me hace mucha falta", ha afirmado.
Del confesionario al altar
Tan lanzado está en busca del amor verdadero que le ha escrito una emotiva carta a su Julieta. En ella, le pedía matrimonio y, ya de paso, descendencia. La misiva dice así:
"Cariño, te deseo muchas felicidades por estar otro mes junto a ti. Aunque actualmente estemos separados, te llevo en mi corazón y en mi cabeza, por lo tanto es como si estuviésemos juntos. No sabes cómo te echo de menos, no pasa un solo día en que me despierte y no sea en ti la primera persona en la que pienso. ¿Recuerdas que no quería tener niños ni casarme? Pues desde que he entrado en esta casa mi forma de pensar ha cambiado, así que ve pensándotelo".