Edu teme al hambre más que Caperucita al lobo feroz. La posibilidad de fallar la prueba y que la nevera se quede temblando ha mantenido al madrileño en un estado de estrés que ha terminado por granjearle una bronca con Laura. Todo ha empezado cuando, mientras Laura y Patricia bailaban y se divertían, a Eduardo le hervía la sangre en silencio por considerar que las muchachas pasaban de todo y se estaban tocando las 'coletas' a dos manos.
Según Edu, las caperucitas estaban fallando en bastantes cosas y haciendo peligrar la prueba. Ésto, que Eduardo había comentado unas cuantas veces, ha salido de nuevo a la palestra por obra y gracia de Anup; y a Laura no le ha hecho ninguna gracia.
Ante el mosqueo de ésta, el madrileño recula y se intenta explicar; pero no lo consigue. "Porque yo escucho cuando me da la gana ¿sabes? ... y sobreentiendo cosas" dice y Laura sorprendida responde: "¡Ah! que tú escuchas lo que te da la gana!" Es aquí y justo aquí donde Edu se mete de cabeza en una enorme camisa de once varas: "No lo que me da la gana no... a ver si me explico" El lío está formado y como él lo sospecha intenta zanjar el asunto con un contundente: "Olvídate de lo que te he dicho. Estoy estresado, soy un gilipollas y la he liado" Pero a Laura, visiblemete mosqueada, no le vale.
Edu repite una y otra vez que lo dicho ha sido simplemete una salida de tono fruto del estres y del cabreo. Pero a Laura sigue sin valerle. La de Parla, lejos de aceptar una explicación tan simple, riza el rizo y cree que las disculpas de su compañero son sólo para evitar que ella le vaya con el cuento a los demás.
Y así las cosas, uno pidiendo perdón y asumiendo la culpa y la otra desconfiando del uno; la bronca sigue. En plena disculpa de Edu Laura le da la espalda, éste se cabrea y da un golpe y ella se enfada aun más: "Yo también se dar golpes. Ahora te pones flamenco, antes no te ponías flamenco y ahora si" Un poco de gritos y Edu acaba en el confe echando unos lloros terapeúticos: "¡Bueno, esto se pasa. Ahora a pasar página y ya está" Dice.
Pero el resquemor que todavía le queda dentro le juega una mala pasada y cuando vuelve a la cocina se equivoca y cree que Laura habla de él: "Tú no hables tanto de mi" Laura ni corta ni perezosa, y seguramente sin percatarse del trasfondo de sus palabras teniendo en cuenta la falta de audición de Edu, suelta mientras se lleva el dedo al oído: "Habla las cosas cuando las escuches bien tío!"