Víctor Sandoval, harto de que la Belén Esteban le mande callar siempre que quiere decir algo, no ha aguantado más y ha estallado en medio de una conversación sobre cómo organizar las tareas de la casa.
“Israel está diciendo lo mismo que he dicho yo y a mí nadie me escucha, es que ahora ya me pongo serio, ¡Qué te calles ya, Belén!, cómo me dices tú a mí. Estoy hasta los cojones de que en tres semanas todo lo que hablo es ‘¡Víctor cállate!’, y ahora que el torero repite una cosa que he dicho yo antes, todo el mundo aplaude”, espetaba Víctor.
“Venga Víctor no empieces con tus ‘ralladuras’… ¿ahora te quejas?, pues ala, tirando que vienen dando. Me parece muy bien que te impongas ahora pero tú has dicho todos los días que has estado aquí lo que te ha salido de los cojones”, le respondía Belén con chulería mientras el concursante se levantaba de la mesa.
Belén sale corriendo detrás de Víctor al oírle ‘refunfuñar’ por lo bajo. “¿Harto de qué?, lo que quieras decir lo dices, no hables a escondidas. Estoy has los cojones ya, luego me pondrán de verdulera, ¡pues sí, soy verdulera!”.
Los concursantes siguen hablando y debatiendo sobre la repartición de las tareas hasta que La Esteban decide levantarse para hablar con Víctor en el jardín. “Es que ya no puedo más, que me digas que me calle por tonterías, lo puedo entender, pero que me digas que me calle para decir lo mismo…”, se explicaba Víctor.
“¿Cuántas veces te mando callar y sigues hablando?, todas. Ahora vas de pobrecito pero no te preocupes que no te voy a decir más eso”, le contestaba Belén visiblemente cabreada y mintiéndose otra vez en la casa.
Harto de los gritos de Belén Esteban y que su amiga no pare de mandarle callar cada vez que intenta decir algo, Víctor ha estallado y ha entrado en el confesionario dispuesto a marcharse. Sin embargo, antes de dar el paso ha decidido salir al jardín y poner a prueba la reacción de su amiga. Sí Belén le volvía a chillar se marchaba y si no, se quedaba.
Belén le estaba esperando y le ha dejado claro que no le había gustado nada que la llamara señorita Rottenmeier y le ha pedido que no se lo volviera a llamar y que le dijera las cosas a la cara cómo hace ella. Víctor le ha escuchado con los brazos abiertos esperando a que le diera un abrazo y se solucionaran todos sus problemas. Belén ha seguido echándole la bronca, pero ha terminado dándole un abrazo. Minutos más tarde, Belén ha entrado agobiada al confesionario y ha dicho que estaba deseando marcharse porque estaba sufriendo.