Amnistía denuncia el ahorcamiento de dos personas en Japón

Sachiko Eto, de 65 años, y Yukinori Matsuda, de 39, fueron ahorcados este jueves en las prisiones de Fukoka (extremo suroeste) y Sendai (centro), respectivamente. Eto es la primera mujer ejecutada en Japón desde 1997. Para este jueves se han convocado manifestaciones contra la pena de muerte frente al Ministerio de Justicia, en Tokio.

"Las ejecuciones de Matsuda y Eto son actos premeditados, asesinatos a sangre fría cometidos por el Estado japonés", declaró la directora para Asia del Este de Amnistía Internacional, Roseann Rife.

Con éstas ya son siete las personas ejecutadas en el país en lo que va de año. En 2011 no se produjo ninguna ejecución. Aparte, alrededor de 130 personas permanecen en el corredor de la muerte, todas ellas, según AI, en riesgo de "ejecución inminente".

El ministro de Justicia, Makoto Taki, es partidario de la pena de muerte y ha autorizado cuatro ejecuciones en los cuatro meses que lleva en el cargo. Las últimas tuvieron lugar el pasado 2 de agosto, con el ahorcamiento de dos varones.

Todo ello ocurre, recuerda AI, "a pesar de la promesa electoral del gubernamental Partido Democrático de mantener un debate nacional sobre el uso de la pena de muerte". "Se debe llevar a cabo ese debate y el Gobierno debe imponer una moratoria inmediata en las ejecuciones", aseveró Roseann Rife.

Según AI, Japón es uno de los pocos países del mundo que siguen utilizando la pena de muerte, un castigo que ha sido abolido, en la ley o en la práctica, en dos terceras partes de las naciones del mundo.

Matsuda fue condenado a muerte por el tribunal de distrito de Kumanoto en septiembre de 2006 por el asesinato de dos personas, mientras que Eto fue sentenciada a morir en 2002 por asesinato y homicidio involuntario.

Las ejecuciones en Japón suelen llevarse a cabo en la horca y, por lo general, en secreto. Los presos suelen ser notificados de su inminente ejecución unas pocas horas antes de que ocurra, pero en algunos casos, según AI, no se les advierte "de ningún modo". Aparte, las familias suelen ser avisadas cuando la ejecución ya se ha producido.