HRW exige al Gobierno que investigue las denuncias de abusos de la presa de Pussy Riot en huelga de hambre
EUROPA PRESS
27/09/201318:14 h.El pasado 23 de septiembre, Tolokonnikova decidió ponerse en huelga de hambre en protesta por las amenazas, los abusos y las pésimas condiciones que sufre en la cárcel. "Estas acusaciones son extremadamente graves e inquietantes", ha asegurado la directora de Programas de Rusia de HRW, Tanya Lokshina.
"Las autoridades deben investigar urgentemente y en profundidad las acusaciones de Tolokonnikova y asegurarse de que no está sufriendo represalias por denunciar públicamente su situación", ha afirmado.
Tolokonnikova, de 23 años de edad, es una de las tres miembros de Pussy Riot que fueron condenadas a prisión en 2012 por un delito de "vandalismo motivado por el odio" por haber irrumpido en febrero de ese año en la principal catedral ortodoxa de Moscú para interpretar una oración contra el presidente del país, Vladimir Putin.
El pasado 23 de septiembre, Tolokonnikova denunció en una carta pública que iniciaba una huelga de hambre para protestar por el "trabajo esclavo" que tenía que realizar en prisión y por las pésimas condiciones que existen en la Colonia Penal 14, en la región de Mordovia.
En su misiva, Tolokonnikova aseguró que el subdirector de la cárcel le amenazó cuando ella le trasladó sus acusaciones. La integrante de Pussy Riot también presentó una queja al Gobierno. La dirección del centro penitenciario ha negado las acusaciones de Tolokonnikova y ha rechazado que los presos estén sufriendo abusos.
HRW ha indicado que el miércoles pasado, tras las quejas de la miembro de Pussy Riot, varios miembros del Consejo de Derechos Humanos del Gobierno ruso visitaron la Colonia Penal número 14 y uno de ellos, Ilya Shablinksy, aseguró que las condiciones penitenciarias eran acordes con las denuncias de Tolokonnikova.
En su misiva, la presa asegura que los reclusos de esta cárcel son obligados a trabajar entre 16 y 17 horas al día cosiendo uniformes de Policía y que la dirección del penal obliga a los encarcelados a firmar "solicitudes voluntarias" para alargar su jornada laboral.
Tolokonnikova también denunció que el personal de la prisión anima a los reclusos a agredir, desnudar y a cometer otros abusos contra otros reos.