Algo está cambiando en Europa sobre la percepción de los refugiados, sobre todo en aquellos países como los escandinavos y Alemania, con un larguísimo historial de acogida. El comportamiento de algunos, muy pocos, solicitantes de asilo se está volviendo en contra de esa inmensa mayoría de personas que lo único que quieren es buscar un futuro mejor en nuestro continente.