Zapatero y Rajoy se atrincheran en la crisis
CRISTINA GONZÁLEZ SÁNCHEZ
12/05/200918:16 h.José Luis Rodríguez Zapatero llegó al Congreso para defender su gestión y presentar once medidas que buscan reactivar la maltrecha economía pero antes de presentarlas entonó el 'mea culpa' y planteó las prioridades de su Gobierno. "Cada país tiene sus problemas y sus oportunidades. Somos responsables de nuestro ámbito de decisión. Objetivo apremiante: el desempleo, para frenarlo y después reducirlo. Hay cuatro millones de ciudadanos que buscan un trabajo y no lo encuentran", sintentizó el jefe del Ejecutivo.
En su primera comparecencia, Zapatero enumeró las medidas entre las que destacan la desaparición de la deducción fiscal por compra de vivienda a partir de 2011 para las rentas superiores a 24.000 euros anuales, una rebaja fiscal de cinco puntos para las PYMES más pequeñas y que menos facturan y para los autónomos, ayudas directas a la compra de automóvil y la financiación de un portátil para cada escolar.
Sin embargo, la guerra no había comenzado aunque la crisis ya se había atrincherado en el Congreso. Mariano Rajoy inició su discurso apelando a los cuatro millones de parados que reflejan el Estado de la Nación con un ataque a Zapatero. "Hay un problema de fondo que no soy yo, ni los organismos internacionales, ni los españoles. El problema es el Gobierno, sus previsiones, sus políticas y su actitud. El problema de España es que hay cuatro millones de personas que no pueden trabajar. Usted no arregla el paro de la manera que lo ha hecho hoy. El problema es usted", arremetió Rajoy.
El líder de la oposición entró de lleno en el debate para acusar a presidente de "dar la puntilla a las clases medias españolas al anunciar que quienes ganen más de 17.000 euros no desgravarán" por vivienda. "Baja productividad, falta de competitividad, burbuja inmobiliaria y dependencia del exterior" son los principales puntos débiles de la economía española para Rajoy por lo que exige al Ejecutivo una rectificación urgente. "Como cambiaron el rumbo en política antiterrorista, y ahora les va mejor", defendió.
Zapatero volvió a la tribuna para defenderse de las acusaciones del líder de la oposición. "Escucho y acepto cuando hay una propuesta pero lo que rebato es la demagogia y la inconsistencia, así como jalear la crisis y en ningún caso estar dispuesto a arrimar el hombro", contraatacó Zapatero antes de argumentar que "hemos pasado del 'España se rompe' al 'España se hunde'".
La conclusión final de Zapatero ante el líder del PP se basa en que "frente a un proyecto ambicioso de reforma del sistema productivo no hay nada por parte del PP". Rajoy exige una rectificación urgente y una reforma del mercado laboral ya que "no hay política de despido más barata que la que suma 7.000 nuevos parados cada día".
Pocos apoyos al Gobierno
Tras su interlocución con Mariano Rajoy, el presidente del Gobierno escuchó al resto de fuertas parlamentarias, ninguna complaciente con la postura gubernamental.
El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, planteó su intervención en el debate como una "moción de censura" al jefe del Ejecutivo, a quien ha acusó de esconder durante meses la crisis para "mantener el poder".
Desde IU Gaspar Llamazares consideró que las medidas propuestas por Zapatero son "tardías" y reprochó al Presidente que no haya planteado soluciones "de emergencia" para más del millón de personas que no cobran prestaciones y más del millón de hogares con todos sus miembros en paro.
El PNV, a través de su portavoz en el Congreso, Josu Erkoreka, advirtió a José Luis Rodríguez Zapatero de que su grupo no hará concesiones al Gobierno, salvo las "estrictamente indispensables", y le acusó de "engañar" a todos "jugando al mismo tiempo partidas diferentes con barajas distintas".
También el portavoz de ERC, Joan Ridao, aseguró al presidente de Gobierno que el "globo Zapatero se ha pinchado" porque el optimismo que "vendía" ya no convence en Cataluña, y le advertió de que "no espere ni favores ni concesiones" dado que "ha consumido usted nuestra paciencia".
ICV , por boca de su portavoz en el Congreso, Joan Herrera, condicionó un pacto con el Gobierno a que se aleje de una política "de cheques" con el acento puesto en la desgravación fiscal, y le pidió un "cambio de estilo" que busque menos el "efectismo" y más el giro a la izquierda.