El juez del caso del pederasta de Ciudad Lineal ultima la investigación

El magistrado está ahora tratando de averiguar quién forzó, un día antes de su detención, la cerradura del piso de Antonio Ortiz en la calle Santa Virgilia, donde habría abusado de dos de las menores, según las mismas fuentes. Para esclarecer estos hechos, comparecieron ayer ante el instructor la mujer encargada de la limpieza de la casa y el portero del edificio.

Con este asunto, se cerrará la causa después de que la Audiencia Provincial de Madrid confirmara recientemente que al presunto pederasta se le juzgará por cuatro delitos de agresión sexual, cuatro de detención ilegal, dos delitos de lesiones y una falta de lesiones.

Antonio Ortiz cumple prisión preventiva desde el pasado 26 de septiembre. Hace unos meses, se le trasladó a la prisión de Herrera de La Mancha, situada en Ciudad Real.

Una vez que se dicte el auto de juicio oral, las partes tendrán que presentar sus respectivos escritos de acusación, donde se detallarán las penas que se solicitan. La defensa presentará su escrito en el que pedirá la libre absolución, dado que el acusado siempre ha defendido su inocencia.

PRUEBAS INSCRIMINATORIAS

El juez cuenta como pruebas de incriminación las ruedas de reconocimiento que practicaron las menores en las que Antonio fue reconocido como su agresor sexual.

Además, la Policía Científica halló sangre de una de las víctimas en el piso de Santa Virgilia número 3, donde los investigadores realizaron un exhaustivo registro. También se encontró una huella de una de las niñas en el plástico de un colchón.

Los restos de sangre pertenecían a una niña de 9 años que fue secuestrada el 10 de abril de 2014 a las 20.40 horas. La pequeña habría sido llevada a este piso, que por aquel entonces estaba de obras.

El juez habla en el auto de un informe sobre análisis de datos del teléfono del acusado que concluye que coincide con la ubicación de dicho terminal en el lugar donde se cometieron los siete hechos investigados.