Wes encuentra el cadáver de la doctora Maria Benavidez en el centro en el que permanecen en cuarentena los niños que han tenido contacto con Drill. La marca de una quemadura en forma de mano lleva a Wes a sospechar que Drill ha poseído el cuerpo de un niño. “Tenemos a un centenar de sospechosos”, dice.