Tras una más que sospechosa depresión de Javi, Amador se convierte en el nuevo presidente del complejo residencial y Maite, feliz con el nombramiento de su marido, debuta como 'primera dama' del edificio. Leo permanece al frente de la vicepresidencia del inmueble. La primera iniciativa que emprende el nuevo mandamás será la de despedir al conserje, al que no soporta.
Lola, orquestadora en la sombra de la falsa enfermedad de Javi, está ansiosa por disfrutar de su chico a tiempo completo, hasta que descubre que su marido desea tener hijos lo antes posible. Tal es su deseo de ser padre, que el ex-presidente pide a Amador y a Maite que le presten a sus hijos temporalmente.
Un hombre solo
Incapaz de soportar la vida que lleva, Araceli huye una noche del hogar conyugal y Enrique se ve obligado a enfrentarse a una nueva vida en calidad de separado. Al conocer tan dramática noticia, los propietarios temen que el vecino abandonado deje de cumplir con sus obligaciones comunitarias. Mientras los Recio le organizan una cena con su perjudicada hermana y Maxi se convierte en su particular Celestina, Mari Tere se lanza ilusionada a la conquista del recién separado.
Por otra parte, el pinchazo de la burbuja inmobiliaria afecta a Joaquín, que es despedido del trabajo. Desesperado, ruega a su hermano Sergio que le convierta en su representante. El primer trabajo del nuevo tándem consiste es un spot, muy desagradable pero muy bien remunerado, anunciando un yogur con fibra.