La presencia de Noelia sigue acomplejando a Be por lo que decide imprimirle un cambio drástico a su imagen. Con la ayuda de Adriana, deja de lado su aspecto juvenil para transformarse en una especie de mujer fatal y de esa guisa se presenta en una fiesta.
Su éxito en principio es arrollador y todo son elogios a su belleza hasta que, a raiz de una conversación fortuita, Noelia descubre su punto flaco: la inseguridad. Con la peor intención, la ex de Roberto le prepara una broma de muy mal gusto para dejarla en evidencia.
Mientras, Richard y Reme hacen el mayor de los esfuerzos para llegar a una solución coherente en lo que a Lolo se refiere: el niño se quedará con su padre y Reme vovlerá al pueblo.
El que no cabe en sí de gozo es Diego: para terror de los feos, el joven logra convencer a su hermana para que delegue en él el mando de la revista durante su ausencia. Su primer acto como director interino consiste en asistir a la lectura del testamento de Echegaray.
Alicia, que ya se veía como nueva dueña absoluta de la revista, descubrirá perpleja que su hermano le ha dejado la empresa en herencia a una persona absolutamente inesperada.