Una visita clandestina a la morgue con su enamorada tendrá como consecuencia una gran bronca de Dávila y Fabio y su posterior expulsión de la terapia de grupo. Además, el médico tendrá que convencer a un antiguo paciente suyo trasplantado de riñón que no quiere volver a la diálisis por miedo a perder su trabajo.
Por otro lado, Carmen acude al hospital bajo los efectos de las anfetaminas y se obsesiona con el trabajo. Un furgón de presas sufrirá un grave accidente y deberán ser atendidas por los residentes: Pilar asignará a Carmen el caso de una presa difícil con problemas vasculares. El caso le atraerá y no parará hasta dar con el diagnóstico exacto: Síndrome de Buerger. Pilar y Lapartida le felicitarán por el buen trabajo realizado y le invitarán a asistir a la operación. Con tanto lió olvidará la promesa que le hizo a Nuria.
Mateo se dará cuenta de que su madre está rehaciendo su vida, algo que no terminará de gustarle por la situación un tanto incómoda y decidirá buscar piso e independizarse. En el hospital atenderá a Sergio, un adolescente con padres separados, que ha tenido un accidente y no puede moverse. El R1 se verá reflejado en la familia de Sergio y no le gustará la idea.
La presa accidentada a la que deberá atender Nuria llegará con un hierro clavado en la pierna. Ella ha sido madre recientemente y estará dispuesta a sufrir y darlo todo por su bebé. Aunque el relato de la presa calará hondo en ella, Nuria ya habrá tomado una decisión con respecto a su embarazo.