Si eres realmente adepto y fiel seguidor de la secta, deberás aportar el diez por ciento de tu sueldo a la organización. Un robo consentido que diferencia a los verdaderos fieles de los que no lo son. Así es como funciona '¡Pare de sufrir!' y numerosas sectas más cuyo único objetivo es lucrarse.
Por supuesto, las curaciones de enfermedades insalvables también se cobran. Aún emplean la curación por imposición de manos y lo peor de todo es que los adeptos creen realmente que están curados. Así pudo comprobarlo 'Diario de ...' al hablar con varios de ellos. Fervientemente reconocían haber estado ellos, o algún familiar, muy cerca de la muerte, y haber sido salvados gracias a la organización. Pero como bien sabemos muchas de estas declaraciones proceden de boca de los pastores, que obligan a los fieles a decirlas.
Mercedes Milá intentó hablar con uno de los responsables de la Iglesia. Apenas la dejaron pasar de la puerta. Eso sí, el aspecto del edificio y la cantidad de gente que parecía trabajar en él demostraba que el negocio de la fe es muy rentable. Y es que la secta '¡Para de sufrir!' está registrada en el Ministerio de Justicia.
Y el Registro de Entidades Religiosas, que es quien se dedica a controlar estos temas, no realiza ningún tipo de investigación a las entidades inscritas o que ya lo han hecho. Queda claro cualquiera puede montar su propio negocio religioso.