Alicia no puede escapar y Ángel estrecha el cerco sobre ella. Pese a las medidas de seguridad, y en un derroche de audacia, el sospechoso ladrón vuelve a burlar los controles del BCA y se cuela nuevamente en el despacho para desvelar un terrible secreto de su pasado.
Por su parte, Nacho se empeña en empezar de cero con Isabel y tras un inicio desastroso, logra enderezar las cosas con su nueva jefa. Sin embargo, le sigue picando el gusanillo de la soltería y busca aliados con los que sumergirse en la vida nocturna. Al final, desesperado, tendrá que conformarse con el menos marchoso de los acompañantes...
Mientras, la relación de Be y César empieza a hacer aguas. La pareja empieza a tener problemas porque él se siente cada vez más agobiado, y ella, inconsciente, no hace más que incrementar la presión, llegando incluso a pedirle que asistan como pareja a la boda Noelia-Roberto. La petición de Be es la gota que colma el vaso y espoleado por Rupérez, César idea una forma demoledora de distanciarse de Be.
Mientras, el pique Richard-Estefanía parece condenar a Lolo y Piluca a no volver a verse, pero no están dispuestos a consentirlo. Un inflamado discurso del joven conmueve a su padre, que, además de regalarle un monopatín, le deja vía libre con Piluca. Tras una breve (y molesta) aparición de el Ruben, por fin se consuma el amor entre los dos adolescentes, con sorpresita final incorporada.
Finalmente, y para sorpresa la de Noelia: a una semana de la boda y llega una carta desde París para Roberto.