La comisaría de San Fernando acoge al nuevo agente de policía Pau Montaner, un chico de Barcelona formal, metódico, introvertido y riguroso. Su llegada se producirá en el peor momento para Vanesa, ya que la joven está convencida de que fue ella quien disparó contra un compañero y se atribuye la autoría antes de que la investigación concluya.
Por otra parte, Mikel y Lucas investigan el asesinato de un farmacéutico adicto al sexo y a la pornografía acuchillado en el domicilio que comparte con su madre. Pronto se descubre que la víctima debía conocer a la persona que le mató, puesto que la puerta no fue forzada.
Mientras tanto, Pope reaparece ayudando a una joven drogadicta y acogiéndola en la pensión donde malvive. Aunque rechaza los favores sexuales que ésta le ofrece, la situación le recuerda al momento en que conoció a Elo, a la que evoca constantemente sin separarse de la botella. Finalmente, su acto de caridad le traerá fatales consecuencias.