'Saturday night fever', la leyenda de un film maldito

TELECINCO.ES 28/11/2008 16:25

Primero los gays, luego los negros y últimamente los elementos más marginados de la juventud norteamericana buscan el destape de sus frustraciones en los clubes de "disco-dancing" que empiezan a aparecer en distintos barrios de Nueva York.

El autor del reportaje centra su historia en la peripecia de un ítaloamericano llamado Tony Manero que aspira a "cruzar el puente" (el que separa Brooklyn de Manhattan) algún día. Para lograrlo Tony, dependiente a sueldo base y con empleo inestable en los duros tiempos de la recesión americana, cuenta con llevar al límite su pasión por el baile disco. A diario toma lecciones y se prepara a fondo para el ritual del sábado noche cuando el dependiente de droguería hortera y chulesco se viste con su uniforme de "guerra" (camisas ajustadas de seda y traje de poliéster blanco de tres piezas) y se convierte en la "estrella" de la discoteca. A nadie le interesa Tony Manero durante la semana. Las chicas ni le miran. Pero el sábado noche es diferente: Todos son amigos de Tony, las chicas le acosan y su pandilla le sigue con dócil sumisión. Toda una metamorfosis y un contraste en entre los dos mundos de Tony Manero, un personajillo con pocas o ninguna cualidad redentora y excepcionalmente representativo de una juventud marginada y sin identidad propia...

Ese mismo año, un joven actor de 21 años también de origen italiano, hace su debut como co-protagonista de una serie de televisión que inmediatamente obtiene una enorme popularidad. Se llama John Travolta y la serie se titula "Welcome Back, Kotter". En la serie Travolta hace de líder de un grupo de estudiantes universitarios muy poco brillantes (y su personaje, "Vinnie Barbarino", es uno de los más torpes) y con la instantaneidad que caracteriza a la televisión, su nombre, tanto el del personaje como el del actor, se hacen famosos en Estados Unidos de la noche a la mañana. Travolta no es un guapo al uso pero su atractivo es evidente y es evidente que va a ser el nuevo ídolo de las "teenagers" americanas.

Capitalizando en la súbita fama, John graba un álbum con una docena de baladas titulado "Can't Let Go" y su éxito hace que pueda grabar otro casi inmediatamente, esta vez bajo el simple título "John Travolta". El prestigioso "Billboard", especie de Biblia de la música, le concede un premio como "Mejor vocalista masculino", como consecuencia. Travolta es un valor en alza, es evidente y su nombre circula en Hollywood asociado con todo tipo de proyectos tanto en el mundo de la televisión, donde ya es una "estrella", como en los de la música y el cine.

Su agente ha leído el reportaje del "The New Yorker" y le comenta que si alguna vez alguien lleva esa historia al cine, él seria un intérprete ideal para el personaje de Tony Manero. Travolta está de acuerdo y le pide que investigue si tal proyecto existe... Muy pronto descubren que no sólo existe sino que al menos media docena de productores se han interesado por los derechos de la historia pero estos han sido adquiridos, por 60.000 dólares, por un australiano llamado Robert Stigwood, empresario teatral y manager de grupos musicales, el más conocido de los cuales son los "Bee Gees". Stigwood tiene una idea un tanto peculiar de lo que quiere hacer con el proyecto: No será exactamente un musical tradicional pero, evidentemente, la música, por la propia naturaleza de la historia, tendrá una relevancia indudable. Es algo nuevo, que nunca se ha hecho y el proyecto dista mucho de despertar entusiasmos. Stigwood finalmente obtiene la luz verde por parte de la Paramount bajo la premisa de que será un producto de bajo presupuesto, a cambio de lo cual Stigwood mantiene total control sobre el producto final

Primero, la música

Los Bee Gees estaban trabajando en un nuevo álbum y Stigwood pensó que algunas de las nuevas canciones eran muy apropiadas para la película y así se lo dijo, sin exactamente pedir su opinión a los hermanos Gibb. Concretamente tres de ellas (la banda sonora acabaría incluyendo cinco temas de los "Bee Gees"), fueron asignadas a la película mucho antes de que ésta existiese.

Era evidente que para Stigwood la música era la primero en este curioso proyecto que, a comienzos del verano del 76, ya contaba con Travolta como protagonista. John continuaba su ascensión tras finalizar su primera temporada en "Kotter" con su aparición en la película de Brian de Palma "Carrie" y la aclamada película de televisión "El muchacho en la burbuja de plástico" en las que demostraba que además de su impresionante carisma y sus cualidades para la comedia, también contaba con notables registros dramáticos, cosas ambas que su interpretación en "Fiebre del sábado noche" iba a requerir. Pero, además, esa interpretación iba a requerir algo más: Que John bailase. Y no sólo que bailase sino que lo hiciera a un nivel realmente espectacular como correspondía a su "estrella del sábado noche" en la película. Travolta estaba por la labor (había tomado lecciones de "tap dance" desde los 12 años con Fred Kelly ,el hermano de Gene), y se sabia capacitado para ello. De todos modos, ni Stigwood ni Travolta estaba dispuestos a arriesgar por lo que John comenzó a correr más de 3 kilómetros diarios y ensayar baile durante 3 horas diarias en ese verano del 76, aunque faltaban 9 meses para el comienzo del rodaje. John quería que sus movimientos en la pista de baile fueran lo más vanguardistas posible y para ello insistió en que se contrataran los servicios de un disc-jockey y bailarín popular en la televisión americana llamado Denny Terrio con quien pasaría más de mil horas seleccionando y ensayando miles de veces los movimientos que no tardando mucho imitarían los jóvenes del mundo entero.

Stigwood no podía permitirse contratar a ningún director de prestigio por lo que optó por uno que le recomendaba su instinto. Era un prometedor director novel que estaba trabajando en una película de muy bajo presupuesto titulada "Rocky", por lo que sabia muy bien cómo sacar el mayor partido posible de los limitados recursos. Su nombre, John G. Avildsen. Pero John Travolta, pese a su juventud, tenia muy claro lo que quería y su meteórico éxito le había colocado en una posición en la que podía permitirse ejercer bastante influencia sobre quienes y cómo iban a hacer la película. Durante el rodaje de "The Boy in the Plastic Bubble" había conocido a la actriz Diana Hyland y, pese a la diferencia de edad (ella era 18 años mayor), se habían convertido en pareja romántica. Diana estaba entusiasmada con el proyecto y pensaba que era el vehículo idóneo para dar un reflejo de las cualidades de John a quien veía perfectamente capaz de hacer atractivo a la audiencia este personaje tan poco entrañable, egocéntrico y desarraigado, con ira interna y flojo carácter, tan representativo de la juventud menos favorecida de la época .

En su trabajo con Avildsen, cuyo nombre, finalizado el rodaje de "Rocky" empezaba a sonar como uno de los más prometedores valores jóvenes de Hollywood, John Travolta empezó a sentir desacuerdos en la forma de ver su personaje. Básicamente, Avildsen quería "suavizarlo", hacerlo más entrañable. En la Paramount no pensaban que esta historia de dragas, casi-violaciones y música "underground" pudiera tener ningún atractivo para las masas y por ello habrían sugerido que Avildsen suavizara el tema lo más posible. Este había estado de acuerdo y en las vísperas de las Navidades de 1976, John Travolta y su director estaban abiertamente enfrentados, ninguno de los dos dispuesto a dar su brazo a torcer.

Finalmente seria Stigwood quien decidiera y su decisión favoreció a Travolta. Llamó a su despacho a Avildsen y le dijo: "Tengo dos noticias que darte: La primera es que te acaban de nominar para el "Oscar" por "Rocky", la segunda es que estás despedido". Un boquiabierto Avildsen recibió el mazazo cuando menos podía esperarlo y apenas escuchó los comentarios posteriores de Stigwood pretendiendo que su amistad no fuera destruida por este incidente, una pretensión obviamente difícil de ser mantenida. Evidentemente los instintos de Stigwood estaban en sincronía con la visión de Travolta y no estaba dispuesto a ceder en lo más mínimo en esa visión. Travolta se impone

Pero con la fecha de comienzo del rodaje aproximándose rápidamente, la producción se encontraba ahora con la inesperada dificultad de tener que encontrar un nuevo director urgentemente. Y barato, además. La elección recayó en John Badham un joven director con poco experiencia tras las cámaras y alguna frente a ellas como "doble de acción", que no duda en aceptar el encargo pese a que faltan sólo dos semanas y media para que comience el rodaje y la película no tiene aún diseñador de producción.. Stigwood pensó que a estas alturas Travolta y él tenían muy claro como querían que fuera la película y Badham era lo suficientemente diestro en la dirección como para filmar esa visión, a pesar de las presiones de tiempo y de dinero.

En Marzo de 1977, finalmente, se inicia el rodaje con el ya clásico paseo de John Travolta al son de "Stayin' Alive". El director de fotografía improvisa las tomas de los botines brillantes y de tacón alto que lleva Tony Manero poniendo la cámara en un "trolley" a ras de suelo y con un objetivo gran angular...es lo único que pueden rodar ese primer día porque, para sorpresa de todos, una multitud de cerca de cincuenta mil personas se ha acercado al rodaje para intentar ver de cerca de John Travolta, el ídolo televisivo que acaba de sacar su tercer álbum, "Travolta Fever". No hay modo de rodar una secuencia sin que la multitud que rodea el "set" se cuele de una forma u otra en el área de visión de la cámara por lo que el rodaje se suspende mientras se toman las necesarias precauciones para alejar a los curiosos de los objetivos.

El rodaje se complicará aún más cuando, a los pocos días de comenzado, Diana Hyland, la novia de John, enferma de cáncer de pecho terminal, sufre una grave recaída. John vuela a Los Angeles para estar a su lado y Diana muere en sus brazos el 27 de Marzo. Tenia 41 años.

Todos temían que John Travolta, obviamente muy afectado por la pérdida, no estuviera dispuesto a someterse a los rigores de un rodaje que requería sesiones de 15 a 18 horas seis días a la semana, pero solo un par de días después del funeral, John estaba de nuevo frente a las cámaras, concentrándose más que nunca en un trabajo que ahora, además, le permitía evitar la soledad y sobre todo no obsesionarse en su propio dolor. Ese dolor, si acaso, le permitía añadir una nueva dimensión a sus escenas dramáticas en el film.

Un gran éxito

El rodaje transcurrió sin mayores complicaciones a partir de ahí y con numerosas improvisaciones, tanto en los diálogos como en la música. John Travolta ensayaba incansable sobre todo al son de "We Should Be Dancing". Lógicamente la canción iba a ser incluida en la banda sonora. En la escena en que su padre le golpea en la cabeza a la hora de la cena, antes de su salida, John piensa que seria divertido que a Tony Manero le preocupase mucho más que el golpe, el efecto del mismo en su peinado, en el que llevaba horas trabajando. El diálogo improvisado, permanece. En una de las últimas escenas, cuando Manero viaja en el metro y su rostro refleja su confusión, se necesita un tema musical y Badham pregunta a Stigwood si queda alguna canción más de los "Bee Gees" que puedan utilizar. "How Deep Is Your Love" queda incorporada consecuentemente

El rodaje finaliza a comienzos del verano de 1977 y John vuelve a incorporarse a las grabaciones de "Kotter", que inicia su tercera temporada. El estreno de "Fiebre del sábado noche" está previsto para unos días antes de las Navidades y Travolta no tiene ocasión de ver la edición final del film hasta muy pocas semanas antes del estreno. Cuando se la proyectan, John se queda horrorizado: "La interpretación me gusto bastante, pero las escenas de baile... bueno prácticamente no existían. Especialmente el número en solitario. Lo habían editado de tal forma que sólo se veían unos cuantos primeros planos y nada de todos aquellos pasos en los que yo había trabajado sin descanso durante nueve meses...:" John, como había hecho anteriormente, se fue con su queja directamente a Stigwood quien le dijo que él sabia mucho mejor que el director o el editor lo que había que dejar en la película. "Así que -le dijo-, ve y diles como quieres que lo editen y ya está". John tardó sólo un par de minutos en dejar claro que las secuencias en las que tanto y tan duro había trabajado durante casi un año iban a permanecer en la edición final. John Travolta había vuelto a imponer su voluntad.

Su interpretación había logrado lo imposible: hacer simpático un personaje que normalmente no hubiera debido gustar a nadie. Su Tony Manero tenia reminiscencias de aquel "Rebelde sin causa" que James Dean había creado 23 años antes y con el que la desarraigada juventud de los 50s se había identificado como ahora lo hacían con Travolta-Manero.

"Fiebre del sábado noche" recaudaría la impresionante cifra de más de 350 millones de dólares en las salas comerciales de todo el mundo.

Casi 25 años han pasado desde entonces y "Fiebre del sábado noche" continúa siendo una película actual, incluso fresca. En los años posteriores a su estreno, se produjo el movimiento de rechazo de la música disco que llevó incluso a la quema de los discos de los "Bee Gees" que prácticamente desaparecerían del mapa musical por más de 15 años. Luego, las aguas volverían a su cauce y "Stayin" Alive" y los demás temas de la película continuarían siendo los puntos culminantes de sus actuaciones personales y los números que antes llevan a las pistas de baile a las gentes de cualquier parte del mundo en cualquier momento. "Bailar es un cosa del momento, no dura" dice Tony Manero en una escena de la película. Muchos pensaban que la frase era profética, pero el tiempo y la historia han demostrado todo lo contrario y hoy, en vísperas de un 25 aniversario que sin duda traerá nuevas visiones del clásico, "Fiebre del sábado noche" permanece como una de las películas más representativas de su tiempo y uno de los mayores éxitos, tanto críticos como de público, de la Historia del Cine.