En plena crisis económica, Carmen no duda en prestar su ayuda a Lucía. Reticente con la idea de que su madre controle su vida, Lucía observa cómo la intervención materna primero comienza con un préstamo para pequeños gastos para posteriormente influir en la comida y en las necesidades de los niños. Madre e hija protagonizan una seria discusión cuando Carmen cuestiona la educación que reciben los hijos de Lucía.
Por otra parte, África, nerviosa, pide a Raúl que le acompañe al instituto en su primer día como profesora de baile del centro. Presionado por su padre, Raúl busca un empleo que le permita ganar dinero rápidamente. Poco después, encuentra trabajo sometiéndose a un experimento clínico de un nuevo fármaco.