El principal cambio de las MotoGP viene con las gomas. Los neumáticos Michelín vuelven al Mundial para ocupar el lugar de Bridgestone. Hay un aumento de neumáticos disponibles durante un Gran Premio: diez lisos delanteros y doce traseros, además de catorce gomas de lluvia. También se introducen nuevos compuestos intermedios para situaciones mixtas con poco agua en el asfalto. La llantas también crecen y pasan a 17 pulgadas, media más que el pasado año.
Todas las fábricas utilizarán la misma centralita electrónica con el software de control de motor y del chasis Magneti Marelli en sus MotoGP. Además los equipos de fábrica dispondrán este año de siete motores para realizar todo el Campeonato.
La pretemporada ha traído el adelgazamiento de las motos. Ahora tienen que pesar 157 kilos como mínimo, uno menos que en el último Mundial ganado por Jorge Lorenzo.
Todas las motos tienen unificado la cantidad de combustible. Esta temporada llevarán 22 litros, por ejemplo el Repsol Honda el pasado año arrancaba con 20 litros al ser una de las escuderías oficiales de fábrica.
Con la aparición de pequeños alerones con los que proporcionar mayor carga aerodinámica y agarre, se ha especificado que estos estén fijados en el carenado, sin sobrepasar la altura del manillar ni tampoco exceder la anchura máxima reglamentada de la moto. Asimismo, la curvatura del borde de ataque deberá tener un radio mínimo de 2,5mm.
Otro de las novedades afecta directamente a los pilotos. Como medida de seguridad, también se han regulado las celebraciones: al terminar la carrera, los pilotos no podrán detenerse al cruzar la línea de meta para coger banderas o festejar un resultado. Deberán hacerlo en zonas seguras del circuito –como escapatorias– y volver a la pista cuando no exista peligro alguno.