Su motor diesel de cuatro cilindros y dos litros entrega una potencia de 163 caballos proporcionándole unas prestaciones muy propias de la estirpe BMW. Desde parado puede pasar de 0 a 100 en 8 segundos alcanzando un tope de velocidad de 230 kilómetros hora.
Hasta aquí, todo parece normal . Sin embargo, todo cambia cuando comprobamos el cuadro de mandos, su gasto del carburante. Por imposible que parezca esta peculiar serie 3 firma un consumo de 4.1 litros a los 100. La cifra incluso más ajustada que la que promedian los utilitarios más económicos del mercado. Además, gracias al esfuerzo de los ingenieros de la marca, sus niveles contaminantes se han reducido prácticamente a la mitad. El 320 D únicamente emite 109 gramos de CO2 por kilómetro recorrido.
Físicamente el Efficient Dynamics mantiene todas las señas de identidad típicas de la serie 3 moderno. Los voladizos delanteros y traseros despliegan una longitud inconfundible, mientras que los pilotos pueden estar formados por un conjunto de diodos luminosos. Los concesionarios ya están entregando sus primeras unidades por un precio de 30 mil euros, aunque en verano llegaran más modelos con un abanico de colores más amplio para la carrocería. Destacan el azul océano, el rojo cinabrio y el blanco mineral metalizado.
Los acabados interiores responden al criterio más exhaustivo de la factoría alemana. No hay que decir que tratándose de un BMW, los ajustes de todo el habitáculo son excelentes, especialmente en el capítulo multimedia. Existe un kit de navegación denominado Professional que permite sincronizar notas, agendas y rutas entre el teléfono móvil y el ordenador del coche.
Es económico sin renunciar a su naturaleza impulsiva. Tiene carácter, pero permite a sus usuarios recorrer cientos de kilómetros sin necesidad de repostar. Un auténtico prodigio de la ingeniería alemana.