Entrar en el universo Rolls Royce es hacerlo en un mundo elitista en el que lo clásico no está reñido con la innovación, el estilo y la elegancia infinita. La marca británica, aunque es propiedad de la alemana BMW, no ha perdido el aire “British” que le caracteriza desde el siglo pasado y a día de hoy, conserva todos los valores que un día la encumbraron.
Se trata de una gran actualización de todas sus versiones, berlina, coupe y descapotable, con unos precios que oscilan entre los 450.000 y 550.000 euros, siempre y cuando no optes por personalizarlo a través del programa “bespoke”. Entonces podríamos duplicar el precio.
Los principales cambios externos afectan al paragolpes, la parrilla y a los grupos ópticos, que integran luces LED para todas sus funciones, incluida la iluminación adaptativa. También están disponibles tres nuevos tipos de llantas, que son de 21 pulgadas.
El Phantom de cuatro puertas, que mide 5,84 metros, cuenta con una versión larga que aumenta su longitud hasta los 6,09 metros, lo que incrementa el espacio disponible para los pasajeros.
En el interior, con un nivel de acabado completamente increíble, las modificaciones son ligeras aunque importantes. Destacan el nuevo navegador y un equipo de audio “Harman Kardon” con sonido “Surround” que puede hacer del habitáculo una impresionante sala de música o cine.
El navegador está colocado bajo la tapa que rodea el reloj. Con pulsar un solo botón aparece la gran pantalla, que se maneja desde un mando similar al i-Drive de BMW, que por supuesto, se encarga de suministrar tecnología a su filial de lujo.
El presidente de la marca, Torston Muller Otvos, nos atendió para contarnos algunos secretos del nuevo Phantom y algunos detalles sobre la compañía.
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