Con una gran experiencia y muy respetado por los jugadores, el ex jugador del Atlético de Madrid tenía todas las credenciales para romper la tradición perdedora de España en grandes torneos.
Cuatro años después, la decepcionante eliminación a manos de Francia en el último Mundial, las amenazas de dimisión y unas derrotas desmoralizantes en la fase de clasificación, a cuenta de Suecia e Irlanda del Norte han minado seriamente su reputación.
Sus rifirrafes con la prensa - en particular por su decisión de dejar fuera de la lista al madridista Raúl - también han afectado su imagen y provocado llamamientos a la dimisión por parte de los medios.
Pero el entrenador, de 69 años de edad, tiene un carácter fuerte y, estimulado por un buen final en la fase de clasificación y victorias en amistosos contra el campeón mundial, Italia, y con el subcampeón, Francia, cree que puede llevar a España al éxito en Austria y Suiza, antes de dejar el cargo. "Estoy convencido de que podemos ganar", dijo recientemente. "Y estoy tratando de convencer a los jugadores de que, de una vez por todas, podemos alcanzar ese objetivo".
Aragonés tiene una experiencia que respalda sus afirmaciones. Tuvo una gran carrera como jugador, siendo un enorme goleador en el Atlético de Madrid, llevando al club a la victoria en la Intercontinental de 1975, la Copa del Rey de 1976 y el título liguero de 1977.
Su currículum como entrenador incluye cinco etapas diferentes en el Atlético, además de pasar por otros clubes de primer nivel, como el Barcelona, el Betis, el Valencia y el Mallorca.