La super modelo Cindy Crawford, más sincera que nunca, ha reconocido que lleva años ayudándose del botox para convatir las arrugas. A sus 43 años y con dos hijos, la top ha hablado para la revista GQ. Aunque sigue negando que se haya ayudado del bisturí, ha explicado que lleva años visitando a un especialista en Londres para tratar por adelantado la aprición de las arrugas. Dice que lo hace por la presión social que sufre una super modelo, aunque puntualiza que cree que no se conserva nada mal. La modelo que estaba en todas las pasarelas en los 80 y 90 y que ahora se dedica a su faceta de empresaria de cosméticos comenta que renunció a una solución más drástica, como la cirugía, porque de este modo las mujeres ofrecen un aspecto "falso".
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