En Internet la compra-venta de este tipo de documentos es un negocio próspero. Lo comprobamos quedando con un falsificador brasileño que nos vende un carnet por unos 450 euros.
Pero el comprador de un carnet falso además de cometer un delito suele ser víctima de un timo. Al departamento de Criminalística de la Guardia Civil llegan falsificaciones de todo tipo, desde las más burdas a las más sofisticadas.
Las de mayor calidad son tan caras que siempre saldría mucho más barato pasar otra vez por la autoescuela. Las peores copias son las de carnets de conducir extranjeros que pueden ser canjeados en España.
Los nuevos carnets están creados para dificultar el trabajo de los falsificadores. El estado se gasta unos tres euros por carnet en medidas de seguridad.
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