España se apodera de la gloria

ÁLVARO GONZÁLEZ 29/06/2008 21:32

Los irrenunciables principios de la fe. Luis Aragonés, tras caer derrotado en el Mundial dando una pésima imagen ante Francia, continuó su trabajo de forma obstinada. Quiso crear un equipo de toque, que se defendiese con el balón en los pies y que literalmente marease a sus rivales. Lo ha logrado. A lo grande. Ha deslumbrado a Europa, ha salido al paso de todas las polémicas con el mayor éxito del fútbol español en medio siglo y ha puesto la primera piedra de lo que tiene que ser una mentalidad más acorde al nivel de los jugadores españoles.

Alemania no lo puso fácil. No es ésta una generación histórica de jugadores, precisamente, pero es la selección alemana. Punto. Un combinado siempre rocoso, siempre aguerrido y que, como dice el tópico, corre los noventa minutos más uno.

'Blitzkrieg' inmisericorde

Nada más empezar el encuentro presentaron sus credenciales. Error de Ramos, imperdonable, y Klose solo no marca por poco. Ahí se observó un auténtico problema, Puyol, uno de los mejores defensas del mundo, empequeñecía a cada zancada del germano.

Fueron los peores minutos. España estaba menguada sobre el campo. No podía triangular y las embestidas alemanas eran letales. Pero la selección es un conjunto prosaico. Impone su juego con paciencia, sin prisa. Como una verdad incuestionable. Así, con Metzelder a punto de introducir en su propia portería un centro de Iniesta, a los diez minutos los españoles hacían circular el balón en el centro del campo mostrando la leyenda de su estandarte: yo toco, tú corres.

El momento de Torres

Y a la media hora, el gol. El Niño Torres había venido a esta Eurocopa con la vitola de jugador por fin hecho, maduro. Sus goles en la Premier lo acreditan. Éste tenía que ser su torneo, pero al principio no marcó e hizo algún que otro puchero cuando era sustituido, y después no llegó hasta su máximo nivel, no estaba demostrando de lo que era capaz. Hasta este domingo. Xavi escupe entre líneas un pase raso, sutil, justo donde no puede llegar Lehman y el de Fuenlabrada literalmente se merienda al carrilero Lahm para in extremis acariciar la bola desde el pico del área adentro. Un gol imperial; el gol que vino a marcar y que se ha reservado para el mejor momento.

Escasos segundos después Silva no pudo enganchar un pase de Xavi que se la puso incluso mejor que a Torres, sólo tenía que volear a placer, pero se le fue muy alto. Si ese gol entra el resultado podría haber sido de escándalo.

Nervios y angustia

España no necesitó más para doblegar a los germanos. El sufrimiento, sin embargo, fue atroz. Un arbitraje muy parcial en algunos tramos del colegiado italiano Roberto Rosetti dio a los alemanes multitud de faltas cercanas al área. Como todo buen aficionado al fútbol sabrá, a Alemania le basta con una para ganar a quien haga falta. Hoy hubo suerte. Schweinsteiger no estuvo acertado en los saques e Iker salió por alto con autoridad cuando debió.

La segunda parte fue un calco de la primera. Kuranyi, que salió por Hitzlsperger, protagonizó los ataques de los alemanes, pero con más corazón que cabeza. El miedo seguía metido en el cuerpo, pero otra vez más, España, vísteme despacio que tengo prisa, impuso su juego sin mucho alarde. Fácil. Se sucedieron entonces numerosas ocasiones para La Roja, que en algunos tramos parecía que era ella quien perdía por cómo atacaba.

Defenderse atacando

En el último minuto, en cualquier caso, España se quedó helada. Los delanteros alemanes se abrieron paso entre la defensa a golpes. Caderazos, empujones y cargas hasta ponerse de cara frente a Casillas, se reproducía el guión de una película de terror... pero pitó Rosetti. Falta en ataque. Ya no hubo tiempo para más. Y España se proclamó campeona.

Palop recogió su medalla con la camiseta de Arconada. Un homenaje a los mayores, al pasado, a todos aquellos futbolistas de la selección a los que la mala fortuna, en ocasiones deliberadamente cruel, les privó de la gloria. Un triunfo merecido para el fútbol español, que estrena mentalidad, un estilo bello y genuino y ya mira hambriento al siguiente título.