Hamilton sale a flote en Mónaco

MIGUEL PORTILLO R. 25/05/2008 15:10

Hamilton y McLaren acertaron en la conducción y en la estrategia y le birlaron el protagonismo a los Ferrari. La lluvia diluyó las opciones de Massa y Raikkonen y se perdieron con su salvavidas rojo entre la marea de Monte Carlo. Estaba escrito que en esta edición acabarían con la maldición que desde 2001 les impide vencer. Estaban en el camino hasta que comenzó a llover, a diluviar y acabaron zozobrando a la deriva. Massa sin triunfo, pero con el consuelo del podio y Raikkonen sin puntos y sin liderato del mundial.

La elección de neumáticos fue vital. Cambiaba la decisión a cada previsión de lluvia durante la carrera, la de la FIA y la de cada equipo. Todos salieron con los de lluvia, algunos incluso con los de extrema, pues el chaparrón inicial fue de órdago, y luego apostaron por los secos, con el asfalto húmedo, pero secado a cada pasada. Massa, que sólo había parado una vez, tuvo que meterse a cambiarlos cuando lideraba la carrera y todo se le fue por la borda. Hamilton supo esperar y se hizo con el triunfo, el primero en Mónaco y el primero sin salir desde la 'pole'.

Fue una carrera de supervivencia, de hecho, los que arriesgaron en demasía acabaron fuera antes de tiempo o de los puntos. Los continuos incidentes, golpes, salidas del 'safety-car' y cambios en la meteorología pararon la carrera y la alargaron incluso hasta que el tiempo, las dos horas de límite, se convirtió en la bandera a cuadros, a dos de las estipuladas. Hasta seis coches acabaron en retirada y otros tantos golpeándose contra cualquiera de las barreras laterales.

Alonso , que navega con su monoplaza como ninguno, probó el metal y tuvo que cambiar su maltrecha rueda trasera derecha. En su ansia por recupera los puestos perdidos, se llevó por delante a Heidfeld en Loews y volvió a 'boxes' a cambiar su morro. Sus tres paradas y sus incidentes le impidieron aprovecharse de la locura sobre la pista. Ahí arruinó su carrera y se quedó en bancarrota a escasos metros del casino monegasco. Del cuarto puesto que llegó a disfrutar pasó al decimoséptimo, y de ahí, al décimo final. No tenía nada que perder, pero perdió. "Arriesgué y me salió mal" reconoció al final de la jornada.

El peor parado de todos fue Sutil. Estaba cerrando la mejor carrera de su corta historia, su gloria particular, el estreno de puntos de Force India, y Raikkonen se lo llevó por delante en la entrada a Nouvelle, dejándole envuelto en lágrimas dentro de su 'box'. En Mónaco no hay justicia, sólo circunstancias. Él era uno de los que no que no arriesgaba y sumaba puestos. Como Webber, Vettel, Barrichello y Nakajima. Ellos fueron los otros grandes triunfadores, los que se tomaron con calma la tempestad. El alemán se estrenó en la temporada, después de adelantar 14 puestos, al igual que Barrichello, que no sumaba desde 2006.