"No renunciamos a ningún objetivo, hemos probado el dulce sabor de la victoria, mejor dicho de hacer un doblete, en Montreal. Y eso demuestra que estos años hemos trabajado en la dirección correcta. Para el equipo ha sido algo fantástico, una inyección de moral para todos", asegura Thiessen.
El director de BMW asegura que el objetivo que se marcaron para este año era conseguir la primera victoria de la historia del equipo y rodar con los mejores, pero no esperaban que esto ocurriera tan pronto, "En Montreal se consiguieron los dos objetivos en la séptima carrera del campeonato. A partir de ahora no hemos de relajarnos".
El máximo mandatario de la escudería prefiere mantenerse prudente y no se deja llevar por la euforia, a pesar de que sabe que están en el buen camino prefiere no hablar de títulos. "Estar en la cabeza del mundial de pilotos después de siete carreras no es por casualidad. Es porque el equipo, del primer al último empleado, ha trabajado por ese objetivo. Lo que es seguro a partir de ahora es que no levantaremos el pie del gas. No renunciamos a nada, pero tampoco quiero hablar de títulos. Eso se verá a final de temporada".
Thiessen señala también que no quiere hablar sobre pilotos y sobre posibles incorporaciones para 2009. BQM