La faena más reunida del espectáculo, y la más compacta y consistente, la realizó Eugenio de Mora en el cuarto, un animal que se movió con calidad y recorrido y al que el torero toledano saludó con versatilidad capotera y muleteó con temple, largura y profundidad por ambos pitones. Faena reunida y completa que se vio minimizada en forma de trofeos por fallar con el acero. Antes, había pasaportado sin brillantez al flojo segundo para finalmente abrochar con éxito el espectáculo en el sexto, otro toro con prontitud y fijeza al que el torero muleteó con la ansiedad y determinación de quien necesita el éxito. unas manoletinas de rodillas y un contundente espadazo le catapultaron al éxito.
Con dos toros de escuetas opciones José Tomás firmó una tarde brillante. Armó un alboroto en el saludo al tercero con seis o siete verónicas a pies juntos sin enmendarse para, después de brindar a Adrián Gómez, administrar la duración y las posibilidades de un toro siempre remiso y tardo a tomar el engaño. Cortó una oreja y pudo pasear otra del quinto de no haber fallado a espadas, pues su labor volvió a contar con las virtudes de la paciencia y la majestuosidad en las formas para hacer embestir a un toro de escaso fondo.
El Fundi, antes de resultar herido cuando trataba de pasar por el pitón izquierdo al toro que abrió plaza que le infirió una cornada de pronóstico reservado en el muslo izquierdo, dejó retazos de su suavidad manejando las telas tanto en el saludo capotero como en las dos primeras series con la mano derecha.
Plaza de toros de Toledo. Segunda y última de la Feria del Corpus. Cartel de No Hay Billetes. Toros de Zalduendo, de distintas hechuras y variado comportamiento. Destacaron cuarto y sexto. El Fundi, cogido por su primero, José Tomás oreja y ovación y Eugenio de Mora, ovación, oreja y dos orejas en el que mató por El Fundi.