La semana pasada, unas fotos tomadas a Sarah Jessica Parker paseando por las calles de Nueva York hacían saltar las alarmas. La actriz parecía más delgada que nunca y su apariencia distaba de la que podíamos ver en las portadas de las revistas o en el tráiler de la segunda parte de 'Sexo en Nueva York'.
El motivo podría ser su ajetreado ritmo de vida, pero los amigos de la actriz aseguran que se está obsesionando con las dietas y el gimnasio, según informa el diario británico Daily Mail.
El diario británico asegura que la protagonista de 'Sexo en Nueva York' ha perdido dos tallas, adquiriendo una delgadez considerablemente inferior al mínimo saludable. La actriz se quedó en una talla 36 rodando la secuela de 'Sexo en Nueva York' en septiembre. Sin embargo, ha perdido tanto peso que actualmente está cerca de que le quede grande la talla 34.
Sus brazos, extremadamente delgados y con los bíceps y venas muy marcados han hecho que muchos ya la comparen con Madonna, quien también sigue unos regímenes muy estrictos.
Un amigo de Parker asegura en el último número de la revista 'Closer' que a la actriz "le preocupa parecer vieja y siente la necesidad de reforzar su régimen para sentirse más saludable, pero es como si se estuviese obsesionando".
"Para ella es normal es estar a diario durante dos horas en el gimnasio, salir a correr y está comiendo lo mínimo que una persona puede comer", añade.
Su compañera de 'Sexo en Nueva York' y amiga Kristin Davis ha admitido también esta semana que ella no sería capaz de soportar el régimen de Sarah Jessica Parker.
"Sarah Jessica no necesita un entrenador personal. Es una de las personas más motivadas que he conocido y tiene un cuerpo impresionante", declara Davis.
Sin embargo, Parker afirmó recientemente: "Yo siempre intento controlar mi peso. Como de todo y me encanta la comida basura".