Sombreros fuera

MUNDOTORO.COM 12/05/2009 18:21

Toreó bien El Juli de salida al primero, toro fuerte de aspecto, lleno y mansurrón, que marcó querencia siempre y no de bravo. No hubo mucho eco, para crecer los olés en un excelente y ceñido quite por chicuelinas. El toro llegó a la muleta con certeza de escasa duración y empuje. Sin atacarle, el torero ligó una tanda con la derecha sin dejarse tropezar la tela por el viaje brusco del toro. Le atacó luego en la segunda, más por abajo, con más poder, saliendo el toro resentido del castigo. Cuando se cambió la muleta a la zurda, el toro le arrolló hasta dos veces en la búsqueda de la querencia, en los pases hacia adentro. Otra vez con la mano de derecha y firmeza de piernas y brazos con el toro caminando de lado, como huyendo de lo que tenía delante, y un torero de adorno aprovechando los viajes a favor de la querencia del toro, antes de matarlo de estocada algo caída.

Tuvo mejores hechuras el cuarto, más fino, serio por delante y mejor son por el lado izquierdo, por donde le enjaretó dos lances y una media muy buenos, mejorados en un quite sólo por ese pitón. Por el derecho se le vino dos veces al cuerpo a Niño de Leganés: era para esperarlo, taparlo y prolongarlo. No se había cambiado el tercio ya estaba el torero camino del ligar del brindis para iniciar una faena citando a pies juntos por abajo y sacando la muleta por arriba pasando el toro cada vez más cerca del cuerpo rematando con un buen trincherazo. Vio el torero al toro, pero decidió darle fiesta por el pitón malo, el derecho, para ligarle dos tandas en las que el toro ni pudo venirse el cuerpo ni reponer las embestidas debido a una técnica impecable. Con la zurda el cite fue más suave, enganchando, esperando y prolongando por abajo las embestidas de un toro que muchas veces le costó seguir el engaño. Cada vez más. Agotado por el trazo largo de los muletazos, el toro se paró y achicó terrenos el torero arrimándose. Cuando el toro se le iba por su espalda camino de tablas, se encontraba con la llama de los muslos o de la muleta. Se pasó El Juli, lo reventó tanto que, encogido el de El Ventorrillo, clavar, pasar y lograr una buena estocada era de cara o cruz. Y salió cruz.

Justo antes había salido un toro que recuperó el mejor toreo de Talavante. El de enganche, despaciosidad, ligazón. Toro justo de raza pero de gran calidad, ideal para estar delante si se sabe torear despacio. Y bien lo toreó Talavante con la derecha y mucho mejor con la izquierda. Una trinchera y un cambio de mano de trazo suelto prologaron dos tandas con la zurda con el toro embistiendo despacio y el toreo toreando despacio. Perdía ya celo el toro, obligó a rectificar cites, pero la faena había logrado una credibilidad alta en el tendido. Otros tres mas al natural fueron aún más despacio, con el toro cerrado (¿debió sacarlo el torero afuera?). Se lo creyó el torero y se lo creyó el público en una faena de corto metraje, justa, lenta. El toro, rajadito, agradeció que el torero le dejara aún algo de fuelle y le ayudó a la hora de entrar a matar para lograr una petición fuera de toda duda. El sexto, más grande pero nada feo, defendió su falta de raza y fuerza.

N estuvo a gusto nunca El Cid con un burraco bajo de cruz al que nunca lo vio metido en la muleta. Toro que embistió mejor en los medios que más cerrado, terreno a donde lo llevó El Cid tras dos tandas con la derecha. Algún pase, intentos, pero este torero no es lo que se tapa. No estaba a gusto y punto. Tuvo a su favor el mejor toro de la corrida, el quinto bis. De galope claro y pronto por los dos pitones. Desde el centro del ruedo lo llamó El Cid para ligarle una tanda con la derecha impecable. Luego otra en donde el toro ya estaba lucido y lúcido. Un golpe de viento, un desarme, las prisas por el guión de la tarde, apresuramientos…hicieron que la faena fuera cayendo poco a poco para no remontar nunca a pesar de matar de una muy buena estocada. Toro de triunfo. Un toro que el mejor Cid lo cuaja si o si. Pero esta vez no fue.