El presidente ruso, Vladimir Putin, inspeccionaba el sábado las instalaciones de los Juegos Olímpicos de Invierno en la ciudad rusa de Socchi, junto a su homólogo bielorruso y su hijo, que le regalan a Putin este casco de esquí.
A los pocos minutos aparecía de esta guisa. Ataviado con traje de hockey, se echó hasta una pachanga junto a otros miembros de su gobierno, que también se calzaron los patines.
Y Putin, por supuesto con la prensa pegada a él en todo momento, llega a la estación de tren de Socchi, que también ha lavado su imagen para los juegos.
Será desde aquí, desde el centro de prensa que también visitó ayer el líder ruso, desde donde se cuente al mundo lo que ocurra en estas olimpiadas. Y éstos son los trajes que lucirán los voluntarios y que Putin tampoco dudó en lucir.