La polémica cantante luce relajada y, a pesar de que las imágenes no son muy nítidas, es posible especular que ha engordado algunos kilos. Ya no tiene la preocupante figura esquelética de los últimos meses, aunque le falta un poco para recuperar la línea de las divas.
Se ve a la cantante de Soul con una tripa que hace suponer la salida definitiva a su dependencia de las drogas y el alcohol. Quién sabe si la Winehouse está cogiéndose estas vacaciones en la isla de Santa Lucía para olvidar definitivamente a su marido Blake Fielder-Civil, con el que todavía tiene pendiente las cuentas del divorcio.
Fielder le habría pedido a la cantante 1,2 millón de euros para disolver el matrimonio y dejarla en paz, pero mientras tanto ella hace 'topless' en el Caribe.ZA