El arte de saber negociar

SANDRA MIR 15/04/2010 13:41

Hemos asistido al primer día de curso de negociación en la Academia de Policia Local de la Comunidad de Madrid. El simulacro se hace en un escenario real, un piso amueblado sin techo donde los alumnos pueden seguir la acción desde arriba. Un agente hace de secuestrador, simula ser un padre que retiene a sus hijos contra su voluntad.

Mientras se mete en su papel, los otros agentes preparan su estrategia. Dos alumnos escriben en la pizarra los puntos más importantes de la situación: cómo es delincuente, condiciones de la casa, por ejemplo si tiene gas habría que cortárselo, la información que han recabado de los vecinos, etc.

Pedro es el profesor, negociador profesional de la policía desde hace 20 años, ha pasado por situaciones extremas...como él mismo cuenta:"La vida de un negociador de la policía no es de muchos años. El negociador tiene que empatizar con esa persona, entonces ese es el problema y muchas veces sin querer te los llevas. Lo más complicado es el tema de los suicidios y los depresivos".

Es lo que ocurrió en una vivienda de Barcelona hace unos años. Un hombre con una profunda depresión se encerró en su vivienda con 9 artefactos explosivos y numerosas armas. Amenazaba con volar el vecindario, tras largas horas de charla el negociador conseguía convencerlo, así contaba el agente como fue ese momento: "Me habló continuamente de su vida personal, de sus problemas. Me dijo muchas veces pues que estaba cansado, que estaba desesperado...".

Los agentes deben utilizar técnicas de persuasión como la técnica del regalo o decírselo con flores, es decir, llevárselo a su terreno para que poco a poco la persona en situación crítica reconduzca su actitud y todo llegue a buen puerto. Deben aprovechar los silencios y no utilizar bajo ningún concepto la palabra no, además los reproches, como vemos en el reportaje son muy peligrosos.

La paciencia y la empatía son las claves en una negociación... muchas horas para conseguir que el 90% de los casos de secuestros o amenazas de muerte, acaben con final feliz.