Lemaître ha señalado que la producción de videoarte por ordenador se ha convertido en tendencia, así como la introducción del audio, todo ello con una mirada eminentemente negativa que ha atribuido a "la época difícil" y a un acercamiento del vídeo al cine.
La mayor parte de los proyectos expuestos en el Hotel Catalonia Rambla -15 estrenos mundiales- son de origen europeo, aunque hay un 25 por ciento de piezas de videoarte procedentes del resto del mundo, de los que ha destacado una producción australiana.
Ha señalado la presencia destacada de Asia -un 13% de las producciones son de este continente-, y ha detallado que Loop ha invitado a 120 profesionales y coleccionistas privados, que pueden estar interesados en adquirir alguna de las obras -el año pasado la feria cerró con 64 ventas-.
De estos invitados, dos tercios son coleccionistas privados y un tercio son museos e instituciones, como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou de París (Francia), el Tel Aviv Museum of Art (Israel), el Musée d'Art Moderne de París (Francia), la Fondation Louis Vuitton de París y el Multimedia Art Muzey de Moscú (Rusia), entre otros.
MUCHA COMPRA INSTITUCIONAL
La presencia de las instituciones es importante, puesto que después de las anteriores ediciones de Loop "se ha comprado muchísima obra a nivel institucional", y no es extraño ver cómo los principales museos incorporan a sus colecciones piezas de videoarte.
El presidente ha destacado que "la feria está en el mapa mundial" por su papel de pionera, ya que nació en 2003, y ha destacado su voluntad de que haya renovación y rotación en los proyectos que se van exponiendo para ofrecer a los coleccionistas diferentes productos cada año.
Para Lemaître, este evento es más que una feria "una reunión de almas", que después de estos años ha alcanzado un nivel óptimo y se sustenta en sus tres patas: feria, festival y apartado I+D.
De hecho, en el marco del evento se producen debates sobre este sector en crecimiento, con cuestiones como si el videoarte debe regirse por las normas del mundo de la imagen y el cine o por las del arte tradicional o si lo que se compra al adquirir una pieza de 'videoarte' son los derechos de autor o la pieza en sí.
Los precios del videoarte también son un síntoma de la "progresiva normalización del mercado", ya que empezaron situándose en los 1.000 euros, y ahora la media de cada pieza es de 7.000 euros, lo que no impide que en Loop se exhiban proyectos de 25.000 euros, por ejemplo.
El evento cuenta con un presupuesto aproximado de 700.000 euros, una cifra similar a la del pasado año.