Observan ondas gravitacionales por segunda vez a partir de un par de agujeros negros en colisión

EUROPA PRESS 15/06/2016 19:14

Las ondas gravitacionales llevan información sobre su origen y sobre la naturaleza de la gravedad que no se puede obtener de otra forma, y ??los físicos han llegado a la conclusión de que estas ondas ahora detectadas nacieron en los momentos finales de la fusión de dos agujeros negros -- de 14 y 8 veces la masa del Sol-- para producir un único agujero negro, más masivo y giratorio de una masa 21 veces superior a la estrella.

Una de las autoras del hallazgo, Gabriela González, ha destacado que estos agujeros negros sean mucho menos masivos que los observados en la primera detección ya que, gracia sa esta característica, "las ondas han permanecido más tiempo en la banda sensible de los detectores que en la anterior detección". Concretamente, han estado un segundo más que en el primer descubrimiento. Para González, se trata de "un comienzo prometedor para el mapeo de las poblaciones de agujeros negros en el Universo".

Los expertos han indicado que, durante la fusión que se produjo hace aproximadamente 1.400 millones de años, una cantidad de energía equivalente a la masa del Sol se convierte en ondas gravitacionales. La señal detectada proviene de las últimas 27 órbitas de los agujeros negros antes de su fusión.

Así, basándose en el tiempo de llegada de las señales --a través de mediciones hechas con el detector LIGO-- de puede determinar su edad y su posición de manera aproximada.

"En un futuro próximo, el interferómetro europeo 'Virgo', se unirá a una creciente red de detectores de ondas gravitacionales, que trabajan en conjunto con los terrestres que el seguimiento de las señales", ha señalado otro de los miembros del equipo Fulvio Ricci. A su juicio, "los tres interferómetros juntos van a permitir una mejor localización de las señales en el cielo".

La primera detección de ondas gravitacionales, anunciada el 11 de febrero de 2016, fue un hito en la física y la astronomía; ya que se confirmó una importante predicción de 1915 en la teoría general de la relatividad de Einstein. Los científicos indican que este hallazgo ha marcado el inicio del nuevo campo de la astronomía de ondas gravitacionales.

Ahora, este segundo descubrimiento permite comenzar a hacer predicciones acerca de la frecuencia con la que se podrían escuchar estas ondas gravitacionales en el futuro. "Estamos empezando a tener una idea de la clase de nueva información astrofísica que puede venir, sólo de los detectores de ondas gravitacionales", ha indicado el científico de este proyecto David Shoemaker.