Por el momento se barajan dos hipótesis. La primera, y parece que la más probable, es que haya sido resultado del impacto de algún tipo de meteorito. Por otra parte, también se plantea que sea fruto de la formación de un pozo en el suelo de Marte. Lo que sí está confirmado es que, a pesar de que los agujeros no son inusuales en la superficie del planeta vecino, el tamaño de este lo convierte en singular.
La cercanía del verano coloca el Sol en una posición muy particular que permite que las sombras se acrecienten sobre el relieve de Marte. Es por esto, precisamente, que el Mars Reconnaissance Orbiter ha podido captar imágenes muy detalladas del orificio. Rodeando el hueco se pueden apreciar varias capas de dióxido de carbono en estado sólido, creadas a consecuencia de la evaporación del hielo seco de la zona.
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