¿Comemos manzanas tóxicas en otoño?

Luís Ferreirim* 10/11/2015 10:00

Las manzanas en nuestra latitud son propias del final del verano y del otoño, aunque nos hayamos acostumbrado a verlas durante todo el año en las estanterías de los supermercados. Para que esto sea posible, las conservan en cámaras frigoríficas incluso de un año para otro o nos las traen desde el otro lado del planeta, con toda la huella ecológica que eso supone. A todo esto se suma que la fruta carece de etiqueta en la que podamos leer sus "ingredientes", y la mayoría de las manzanas esconde uno bastante oscuro: un auténtico cóctel químico a base de plaguicidas.

Así lo ha revelado Greenpeace tras realizar una investigación sobre manzanas de producción nacional que se venden en supermercados . En la organización, hemos analizado 126 muestras de manzanas, 109 convencionales y 17 ecológicas, procedentes de 23 cadenas de 11 países europeos y el 83% de las muestras (91) tenían uno o más plaguicidas y el 60% dos o más. Analizamos 500 parámetros y encontramos 39 plaguicidas distintos en las manzanas, ¡una muestra con ocho plaguicidas diferentes y tres (dos españolas), con siete!

En España, se recogieron 14 muestras, 11 convencionales y 3 ecológicas en 6 supermercados (Alcampo, Carrefour, E. Leclerc, Lidl, Mercadona, NaturaSi). Todas las muestras de manzanas convencionales contenían de entre uno y siete plaguicidas. Todos los residuos estaban por debajo de los límites permitidos.

Pero, lo más fantástico fue confirmar que, como era de esperar, ninguna de las muestras ecológicas contenía residuos detectables. Así, si eres de los que ha elegido comer productos ecológicos puedes estar tranquilo. Si aún no has podido pasarte a la alimentación ecológica plantéate hacerlo.

Con esto, acabamos de encontrar la prueba de que los plaguicidas están presentes desde el campo hasta el plato; y las manzanas son solo un ejemplo de lo que puede estar pasando en general con los alimentos provenientes de la agricultura convencional. Demuestra también que la aplicación múltiple de plaguicidas es algo rutinario. Te invitamos a qué te preguntes cuánto sufren los agricultores y el ecosistema, los que en primera instancia y sin misericordia están expuestos a estos productos.

Muchos de estos plaguicidas pueden permanecer mucho tiempo en los ecosistemas y acumularse en la cadena trófica, contaminando el suelo, el agua y afectando a muchas especies, desde organismos acuáticos, pasando por los pájaros o las abejas (los manzanos las necesitan como el agua de mayo) y otros insectos beneficiosos. En lo que respecta a nuestra propia salud, hemos encontrado plaguicidas que pueden provocar cáncer, que pueden tener impactos en la reproducción y el desarrollo o que son neurotóxicos. Pero lo más grave es que nos encontramos con una enorme falta de datos sobre sus efectos para la salud humana.

Un ciclo vicioso y tóxico

Gravísimo también fue constatar la falta de información generalizada de las posibles repercusiones, tanto para los ecosistemas como para la salud humana, de cuando se encuentran bajo la forma de auténticos cócteles químicos. Las evaluaciones de riesgo y la normativa en vigor no cumplen su propósito. Ante este escenario, creo que es legítimo preocuparnos.

Esto es una confirmación más de que tenemos que romper urgentemente el ciclo vicioso y tóxico de la agricultura industrial. Por ello, desde Greenpeace instamos a los supermercados a que eliminen gradualmente los plaguicidas tóxicos en la producción de frutas y verduras, que apoyen a los agricultores a cambiar la agricultura ecológica y que amplíen su oferta de productos ecológicos locales.

La próxima vez que vayas a comprar manzanas ecológicas acuérdate al menos de tres cosas: de los agricultores que respetan el medio ambiente (y no se intoxican) y permiten con un arduo esfuerzo que tengas esas maravillosas manzanas a tu disposición y en su debido momento; de las abejas que hacen la fantástica labor de polinización; y de que esas manzanas son mejores para ti y los tuyos, para las demás especies y para el planeta en general.

Si aún no diste el paso hacía los productos ecológicos (espero que un día lo hagas) pide a tu supermercado que, como primer paso, elimine los plaguicidas de frutas y verduras, progresivamente pero sin pausa, y que apueste decididamente por la producción ecológica.

Cada hoja que cae en este colorido otoño enriquece el suelo que nos alimenta (en todos los sentidos). Cada pequeño gesto cuenta para conseguir un mundo mejor.

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* Luís Ferreirim (@LFerreirim) es responsable de la campaña de agricultura de Greenpeace España.