Las rebajas por Internet pueden salir muy caras

INFORMATIVOS TELECINCO / AGENCIAS 10/01/2009 17:21

De todas las estafas que utilizan este medio como campo de operaciones, la compra-venta entre particulares es la segunda actividad más lucrativa para los cibertimadores. 'I-phones' a estrenar y rebajados, entradas para conciertos de la estrella del momento o festejos taurinos de José Tomás a mitad de precio, alquiler de pisos en Pamplona durante San Fermín... cualquier cosa que tenga demanda puede ser el gancho perfecto para venderse o subastarse en portales como eBay.

Para el comisario Manuel Vázquez, jefe de la Brigada de Investigación Tecnológica de la Policía, la clave para no picar en el anzuelo de los timadores del siglo XXI es la misma que había para escapar del 'tocomocho' o del timo de la 'estampita' en tiempos pasados: tener bien claro que "nadie da duros a cuatro pesetas". Según ha explicado, el problema de este delito es que los estafados se cuentan por miles y viven en puntos tan remotos como Sydney o Nueva Jersey.

Abonar el dinero pactado y no recibir jamás el artículo puede resultar enojoso, pero si el delincuente aprovecha el anonimato de Internet para hacerse con nuestros datos bancarios, el volumen de la estafa puede elevarse a los miles de euros.

Las estafas más extendidas

Más allá de las compras, el 'phising', el 'pharming' y el 'carding' son las otras estafas más comunes en la Red. Cada una de estas actividades se reparte más o menos un tercio del pastel de la ciberestafa, unos seis millones de euros al año, y eso sólo en la demarcación de la Policía Nacional.

Las bandas especializadas en 'phising', sobre todo rusas y de otros países del este de Europa, envían cada día millones de correos electrónicos a todo el mundo simulando ser una determinada entidad bancaria y solicitando las claves del usuario con excusas de lo más peregrinas, como la avería del servidor o el borrado de los datos de los clientes.

Tras la pista del delincuente

Pero como el correo electrónico "ya no cuela", los delincuentes también han comenzado a enviar mensajes a teléfonos móviles facilitando un número o un 'sms' al que remitir las claves. En ocasiones, también infectan al ordenador del usuario con un 'keylogger' o registrador de teclas, que permite ver a distancia lo que la víctima escribe en el teclado de su ordenador, ya sea una carta de amor o sus claves bancarias.

Para localizar a los autores, los investigadores suelen seguir dos caminos, o el rastro tecnológico -quién emitió los mensajes engañosos- o el rastro del dinero -quién y cómo recibió la transferencia ilícita-. Según el jefe de la BIT, el origen de las estafas es casi siempre Rusia, Ucrania y en ocasiones Rumanía, aunque ya se han detectado algunos grupos que operan desde España o que tienen a un "enviado especial" que estudia a fondo el sistema bancario español para no cometer errores.

¿Qué hacer ante estas nuevas formas de timo? El comisario Manuel Vázquez apunta dos soluciones para evitar ser víctima del 'phising' o del 'carding': jamás facilitar datos ni contraseñas por correo electrónico o por teléfono e instalar un buen anti-virus en el ordenador. Las entidades bancarias también tienen todavía mucho margen de maniobra para entorpecer el trabajo de los estafadores, introduciendo claves más complejas y servidores más seguros.

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