"El Día del libro me parece una absoluta gilipollez"

ÁLVARO GONZÁLEZ 22/04/2008 22:16

¿Qué opina del Día de libro?

Como lector, el Día del libro me parece una absoluta gilipollez, de la misma manera que me lo parece el día de San Valentín, el día del Padre, o cualquier otro día absurdo de esos que fomentan los grandes almacenes. Lo único es que el Día del libro también sirve para que las autoridades políticas culturales se hagan una foto, lancen algún discursillo bienintencionado y algunos escritores salgan a pasear. Pero, en fin, algo hay que hacer para dar la impresión de que en este país se mueve la cultura. 1

Como editor, pues, bueno, es un día importante en Cataluya, no porque sea ya el Día del libro, sino porque coincide con San Jordi, y la tradición dice que hay que regalar un libro y una rosa. Se supone que todos pillamos un cachito de la tarta de los miles de libros que se venden ese día. Siendo el del libro un mercado tan paupérrimo se agradece cualquier cosa que haga vender unos pocos libros más.

Si bien, quienes sacan verdadera tajada, como es lógico, son las grandes editoriales, cuyo principal trabajo consiste en copar todos los buenos espacios de las librerías con mazacotes encuadernados de papel impreso.

Pero ¿no sirve para fomentar la lectura?

No creo que aporte absolutamente nada desde un punto de vista cultural. Fomentar la lectura sólo es posible haciendo una verdadera política de protección al libro, que pasa por los planes de estudio, por la creación de bibliotecas, por el fomento de la diversidad editorial, y por medidas económicas tales como el IVA cero... e incluso así, dudo mucho que España se acerque al nivel de los países europeos tradicionalmente más lectores.

En todo caso, hay luces y sombras. Aquí, en Madrid, dan verdadera pena los esfuerzos para que el Día del libro funcione, pero es una gozada ir a Barcelona el día de San Jordi y ver todas las librerías abarrotadas, parece que estás en otro planeta. 2

¿Por qué en España se lee menos?

No sé exactamente por qué España es un país tan poco lector. Pero es que ni siquiera leen los que se dedican a esto. No leen los empleados del Ministerio, no leen los agentes literarios; salvo alguna excepción, un agente literario es alguien que básicamente no lee. Pero es que tampoco leen ni los distribuidores ni los editores ni los libreros. Dudo incluso que lean los escritores; es decir, un escritor suele ser alguien que leyó cuando era pequeño. (Para no ser injusto he de decir que hay honrosas excepciones).

El porcentaje de personas que compramos libros es muy bajo, y los que compramos muchos libros vamos acumulando una pila inmensa de lecturas aplazadas. Pero el caso es que hay que comprar el libro porque como no te des prisa desaparece. La rotación de las novedades editoriales en las librerías es salvaje. Con suerte puedes esperar que un libro permanezca en las mesas de novedades un mes. La industria del libro en España es caníbal. Cada mes entra un ejército de nuevos libros en las librerías que echan a los que ya estaban, los que ya estaban vuelven al almacén, donde esperan su turno para ser triturados.

¿Triturados?

Sí, esto no es una novela de Zafón con cementerios de libros olvidados. Esto es un poco más gore. Los libros son triturados, y muchos de esos libros que han sido triturados, renacen en otra colección al cabo del tiempo para seguir el mismo ciclo.

El resultado es que las librerías están llenas de joyas literarias enterradas entre montañas de basura. No sé, tal vez llegue el día en que funcione el libro electrónico, y toda esa literatura de pseudomisterios, de códigos y clubs, todas esas tonterías escritas por personajes mediáticos, sean pirateadas y descargadas en los e-books y se pueda volver a pasear tranquilamente por las librerías sin que tus sentidos se ofendan.

Sin embargo, Valdemar está en la Feria del Libro de Madrid

Sí, porque es una feria de larga duración, 15 días, y nos gusta acudir a ella por cuanto es el momento en que tenemos contacto directo con los lectores de nuestra editorial