¿Qué es lo que te decidió a aceptar este personaje?
Por mi trabajo así vienen dadas las cartas. Me llegó el guión lo leí, me gustó la historia, Gutiérrez Aragón siempre me ha gustado, me apetecía trabajar con él, con Jaenada y me parecía que mi personaje tenía cosas que contar. Tanto personal como profesionalmente era importante para mí, porque además de cumplir mi objetivo de contar historias y de ser actor cuando te llegan esta clase de películas que te permiten aportar un granito de arena socialmente pues mejor que mejor. Es lo que me decidió a aceptar este personaje.
'Lobo', GAL y ahora, 'Todos estamos invitados'. Ésta es la tercera película sobre el conflicto vasco en la que participas, ¿Es por casualidad o buscado?
Es totalmente casual. Además, yo en 'GAL' solo era un cameo, no un personaje y, a parte, tampoco me gustó la película. Sin embargo, 'Lobo' sí que me parece que es una muy buena película. Vinieron así las cartas dadas, en 'Lobo' además hago de un fascista hijo de puta y aquí es alguien que es muy buena persona.
¿Cómo defines al tu personaje de 'Estamos todos invitados'?
Como un hombre normal, es el gran reto, hacer de un ciudadano de a pie. No es un héroe, ni un valiente o un cobarde. Al principio yo estuve hablando con Savater, con Calleja y me di cuenta de que no tenían que ser mis referentes. Me valían las historias que me contaban y muchos detalles pero me parece que ellos estaban más involucrados que lo que podía estar este ciudadano de a pie que lo único que quería era manifestar su opinión sin sentir en ningún momento que era dueño de la verdad absoluta, pero sí con el derecho como cualquier ciudadano a expresar su opinión. Me sirvieron más las historias de la gente de la calle, camareros, taxistas, señoras de la limpieza, que para mí son los protagonistas de la película. Y como dice el título todos estamos invitados a mirar de frente y no mirar para otro lado, que es lo que le toda hacer al ochenta por ciento de la sociedad vasca para no meterse en problemas.
¿Cómo han recibido esta historia las personas reales que la viven en el País Vasco?
Pues, muchos vascos que han visto la película se han acercado con lágrimas, muy tocados, a darte las gracias. Eso sí, como siempre en voz baja.
¿En qué te identificas con el personaje de a pie y al mismo tiempo que has podido aprender de él?
En su tolerancia, en su repulsa a la violencia en su intelecto abierto. Y quizá lo que yo le haya podido robar a él es la dignidad de vivir como un ser humano, el no morir en vida. Yo esa situación no sé si la podría vivir con tanta dignidad. Para mí hay un antes y un después de esta película. Yo antes solo me fijaba en las víctimas del tiro en la nuca, pero no me paraba a pensar en esta gente amenazada, que tiene que vivir con escolta, y que la gente mira para otro lado cuando les ve. Como que molestan por llevar escolta.
Esta misma situación es la que ha provocado que algunos actores vasco se negaran a participar en la película, ¿Qué opinas de eso?
A lo mejor yo también hubiera dicho que no. Yo les entiendo porque una cosa es verlo desde aquí desde fuera y otra es que por unas manifestaciones tuyas o que un trabajo tuyo vaya a perjudicar a tu familia, para mí eso es algo sagrado.
¿Has cambiado de registro con este personaje?
Cualquier actor quiere tocar cuantos más palos mejor. Pero tampoco tenemos aquí una industria, yo por ejemplo, como para tener veinte guiones y ver cuál elijo, malos llegan mucho pero buenos llegan poquitos.
¿Así ves el cine español, mucho malo y poco bueno?
Mucho malo y poco bueno como en todos lados. En América ocurre lo mismo, lo que pasa es que allí hacen 100. 000 películas y mil son buenas. Aquí hacemos cien y diez son buenas. Creo que no es falta de creatividad, creo que en España hay guionistas fantásticos, de hecho creo que la figura del guionista habría que cuidarla más, pagarles mejor, ofrecerles mejores condiciones. Porque ya puedes tener los mejores actores y el mejor director que si la historia no interesa no vas a ningún lado.