El MACBA ofrece la primera retrospectiva de Bayrle, exponente del arte pop alemán

EFE 04/02/2009 17:06

Aclamado como la voz del arte pop en Alemania, aunque la comisaria Chus Martínez se ha encargado hoy de demostrar que es mucho más que eso, el museo barcelonés abre sus salas, sus rampas y una de sus torres a un autor, precursor de la nanotecnología, la cibernética y la revolución digital, que ha visto con satisfacción que sea en España y no en su país de origen donde se organice su primera exposición antológica.

Martínez, también conservadora jefe de este museo barcelonés, ha querido impregnar el edificio de Bayrle (Berlín, 1937) y él se lo ha agradecido este mediodía."Aquí me siento representado en mi totalidad", ha dicho.

Antes de que pueda adentrarse en las diferentes salas habilitadas para los trabajos del alemán, el público se encontrará, en la misma entrada, con una inmensa y frágil estructura de cartón y madera, de más de cuatro metros de altura, que tiene que ver con el virus asociado al síndrome respiratorio agudo y grave, SARS, pero que también se parece a sus múltiples maquetas de autopistas.

Después, y bajo el título "Thomas Bayrle. Me temo que ya no estamos en Kansas", se sube por una de las rampas del museo empapelada por uno de sus "wallpapers" (papeles de pared), con referencias a China, y luego ya se exponen sus primeras obras de los años sesenta.

Martínez ha remarcado que la retrospectiva de este artista que siempre denuncia los excesos de la cultura de masas le ha supuesto un reto, tanto por querer presentar toda su obra, como porque "no hemos querido monumentalizar lo ya hecho, sino activarlo, de manera que hasta ahora no hemos sabido qué contarían los materiales dispuestos en las salas".

Autor muy influenciado por los dos años que pasó trabajando en una fábrica textil entre 1956 y 1958, cuando apenas contaba con 18 años, dice que desde entonces está marcado "por el ritmo de las máquinas y el sentimiento de aburrimiento".

Después, Bayrle, que lleva años viviendo y creando en Fráncfort, ha sido también diseñador gráfico para grandes corporaciones como los chocolates Ferrero y profesor en la Universidad, siendo allí el "padre" de una nueva generación de artistas alemanes que asistieron a sus clases.

Sin olvidar nunca el sentido del humor, la retrospectiva sirve para mostrar, asimismo, sus obras cinematográficas en 16 milímetros, sus animaciones digitales y sus collages fotográficos.

Sin embargo, una de las salas que más llama la atención es la última, con piezas, que igual que en la primera de las salas, pertenecen a la década de los años sesenta y los setenta.

Se trata de las denominadas "máquinas de pintura", unas cajas mecánicas o juguetes pintados al óleo, dotados de mecanismos de cuerdas que permiten mover a los diferentes personajes que se alzan en su interior sobre escenarios que recuerdan a las antiguas ferias.

Una de las cajas, por ejemplo, está llena de decenas de amas de casa con sus escobas y productos de limpieza que levantan sus faldas cuando se activa uno de los mecanismos, mientras que otra contiene un brazo, que sube y baja, con el símbolo nazi pegado en la manga.

El paseo por el MACBA termina en una de las torres, cuyo suelo aparece forrado con el papel M-Formation (1971-2008), que dibuja un enorme par de piernas abiertas que exhiben un sexo femenino, mientras que las paredes están tapizadas con el papel "Jacke wie Hose", de 1970, una secuencia interminable y vertical del mismo hombre y la misma mujer desnudándose una y otra vez.