El MoMA muestra etapa más enigmática y experimental del artista Henri Matisse

AGENCIA EFE 16/07/2010 14:38

"Matisse: Radical Invention, 1913-1917" explora un momento fundamental de la carrera de Henri Matisse (1869-1954), justo "cuando desarrolló sus trabajos más exigentes, experimentales y enigmáticos", señaló el MoMA sobre esta exposición que estará abierta al público del 18 de julio al 11 de octubre próximos.

Por medio de 120 pinturas, esculturas, dibujos e impresiones realizadas por el maestro francés en esos cinco años se quiere mostrar "su proceso de trabajo y la revolucionaria experimentación de lo que él mismo llamaba sus métodos de construcción moderna", dijo el museo.

El comisario de la muestra, que ya ha pasado por The Art Institute de Chicago, John Elderfield, explicó hoy a Efe que "el objetivo de la exposición es hablar de los grandes cambios que sufrió Matisse cuando volvió de Marruecos a mitad de 1913".

"Decidió hacer un cambio bastante brusco en su pintura pasando de dibujos coloridos a enfatizar la forma", explicó el experto, que agregó que fueron también los años en que el pintor francés empezó a prestar atención a los artistas más jóvenes, en especial a los cubistas como Pablo Picasso (1881-1973) y Juan Gris" (1887-1927).

Matisse regresó a París de un viaje a Marruecos en 1913, y allí permaneció hasta que en 1917 decidió instalarse en Niza, en el sur de Francia, una etapa que para los expertos es un momento decisivo en la carrera artística de uno de los máximos representantes del fauvismo.

"En esos cinco años desarrolló sus trabajos más experimentales y enigmáticos, con pinturas abstractas y de las que rigurosamente eliminó los detalles, composiciones geométricas dominadas por los negros y grises", agregaron las fuentes.

Elderfield recordó también la amistad entre Matisse y Picasso y que entre ambos, además de la relación personal, había otra de "competición. Matisse se resistió al cubismo porque creía que era demasiado intelectual. Él siempre dijo que pintaba por instinto".

Matisse, agregó, "no quería ideas ni quería pensar en cómo acabaría una obra, sólo quería empezar a pintar y ver qué pasaba. Creía que el cubismo era demasiado planificado".

El cubismo empezó a ser popular en 1913, recordó Elderfield, que consideró "bastante meritorio que Matisse, siendo un artista ya establecido, mirara lo que hacían los jóvenes y se los tomará en serio".

"Si utilizó el cubismo fue sólo para hacerlo desde una visión propia. Lo usó como un método y combinado con otros elementos", dijo el comisario de la exposición, que explicó que "a diferencia de (Georges) Braque, Picasso y Gris, que hacían obras pequeñas en ese momento, Matisse empezó a hacer obras de gran formato. Para Picasso era un "shock" ver esas pinturas".

La exposición se ha organizado cronológicamente, comienza con los trabajos del pintor entre 1907 y 1912 e incluye un espectacular cuadro de Paul Cézanne (1839-1906), titulado "Trois baigneuses", realizado entre 1879 y 1882, que Matisse adquirió en 1899.

De los primeros años del artista nacido en Le Cateau-Cambrésis, en el norte de Francia, se exhiben igualmente otras obras destacadas como "Le Luxe", "Blue Nude (Memory of Biskra)", "Bathers with a Turtle" o "Nude with a White Scarf".

También de esa época con las obras que surgieron de su viaje a España y Marruecos, en los que se aprecia un rico colorido y su admiración por la arquitectura morisca, tal como refleja el famoso "The Manila Shawl" o "Fatma, the Mulatto Woman".

Para el capítulo artístico que Matisse abre a su regreso de ese viaje mediterráneo, el MoMA ha elegido grandes telas como "Interior with Goldfish" (1914), una composición que repitió en "Goldfish and Palette" (1914-15), explicaron los expertos.

Las formas geométricas y la austera paleta de colores por las que el discípulo del simbolista Gustave Moreau (1826-1898) optó después se reflejan en "View of Nôtre Dame", "Portrait of Yvonne Landsberg", "Branch of Lilacs" o "Still Life with Lemons".

El siguiente va del verano boreal de 1914 al final de 1915, cuando Europa vivía la I Guerra Mundial, y que es un momento de "interrupciones y nuevos comienzos, a medida que el artista intentaba enfrentar los desafíos de un momento de guerra y satisfacer sus propias ambiciones creativas", indicó el MoMA.

De esos años hasta 1917 surgen una serie de bodegones, retratos y puertas y ventanas abiertas que de nuevo se llenan de color, aunque el artista volvió sobre sus pasos y reinterpretó obras iniciales, como ocurrió con "Bathers by a River", que cierra la exposición.