La pintora holandesa del siglo XVII Judith Leyster se toma Washington con una exposición

AGENCIA EFE 21/06/2009 22:02

La muestra cuenta con 10 de los 20 cuadros de Leyster, quien pese a su exigua colección logró hacerse un lugar destacado en la historia del arte.

La Galería Nacional, ubicada en el parque central de Washington, exhibe además otras veinte piezas de artistas contemporáneos de Leyster, entre ellos el que se cree que fue su maestro Frans Hal y su marido Jan Miense Molenaer.

Arthur Wheelock, comisario de la exposición, cree que el trabajo de Leyster ha logrado sobrevivir el paso de los siglos porque la pintora fue "extraordinaria" en lo que hizo.

"Era muy buena en lo que hacía", dijo a Efe, Wheelock, quien señaló que Leyster consiguió insuflar vida a sus figuras, así como dotar de un sentido dramático a sus composiciones, lo que convierte sus obras en "muy especiales".

Un tema recurrente en sus pinturas es la relación entre hombre y mujer, así como la atracción de unas figuras hacia otras.

En opinión del comisario de la exposición, "otra cosa que realmente ella captura muy bien es la alegría y el entusiasmo de la música".

"Hay una especie de libertad y alegría en lo que hace", concluye Wheelock.

Nacida el 28 de julio de 1609 en el seno de una familia acomodada, Leyster fue una de las tan sólo dos mujeres que se registraron como miembros del gremio de artistas de Harleem, su ciudad natal, en el siglo XVII.

Su pertenencia al gremio le dio un nombre entre los artistas de la época y le permitió abrir su propio taller.

La artista, que se cree produjo alrededor de 35 cuadros, de los que están localizados sólo 20, vendió gran parte de sus obras en mercados al aire libre, subastas y ferias.

Su trayectoria artística se frenó tras su matrimonio con Molenaer en 1636, tras lo que pasó a concentrarse en la vida familiar y el cuidado de sus cinco hijos.

En la actualidad sólo se conservan dos cuadros posteriores a esa fecha, aunque se sabe que pintó varias naturalezas muertas que no han podido ser localizadas.

Pese a ser una artista conocida en su época, su obra cayó prácticamente en el olvido tras su muerte en el año 1660.

A finales del siglo XIX, muchas de sus obras aparecían como anónimas o bien atribuidas a otros artistas, puede en parte porque ella firmaba tan solo con sus iniciales: JL y una pequeña estrella.

Esa estrella fue crucial para que los coleccionistas identificaran sus obras, entre las que destaca su autorretrato, propiedad de la Galería Nacional, una composición que refleja su talento en dos áreas: los retratos y las escenas de género.

En el cuadro, la pintora aparece ligeramente de lado, con un brazo apoyado en la silla en la que está pintando y con una expresión cálida y alegre.

Otra de las obras que ha ganado el reconocimiento de la crítica es una pequeña pintura, "La propuesta".

Esa es, precisamente, la obra favorita de Frima Fox, profesora de arte del Instituto Pratt de Nueva York y una de las principales estudiosas de la obra de Leyster.

El cuadro, es una escena íntima y nocturna de un hombre que ofrece dinero a una mujer a cambio, se supone, de mantener relaciones sexuales con ella, una oferta que parece rechazar la mujer que está sentada cosiendo.

"Es una pintura muy delicada", dijo a Efe Fox, quien destacó que en esa época hay muchos cuadros de propuestas sexuales, pero muy distintas a la retratada por Leyster ya que en ellas son las mujeres, prostitutas en su mayoría, las seductoras, algo muy común en el siglo XVII.