El fotógrafo Alberto García-Alix destruye la realidad y crea 'Un horizonte falso' en la Tabacalera de Madrid

EUROPA PRESS 10/02/2016 14:01

La muestra, compuesta por más de 80 fotografías, se expuso en la Maison Européene de la Photographie de París y llega ahora a Madrid actualizada por su autor, por lo que se podrán ver imágenes de su más reciente producción como parte de su serie fotográfica sobre la metáfora de la motocicleta.

En este sentido, García-Alix ha afirmado que la exposición nace del título de la misma muestra y que en ella se encadena y construye "una narrativa sobre ese horizonte falso" en el que ha estado inmerso durante dos años.

El artista ha señalado que "no es la exposición más autobiográfica" y que "la muerte no está muy presente, aunque sí la ausencia" en la fotografía en general. García-Alix, que realizó su primera foto en una carrera de motos cuando tenía 19 años, ha indicado que "siembre" le han atraído los perros, los cuervos o las sombras y que considera la fotografía como "un camino de búsqueda".

"Cuando miramos por una cámara nos preguntamos si nos gusta o no nos gusta, y la intensidad de esa búsqueda es un trance positivo que me mantiene despierto, vivo, curioso, en un estado de deslumbramiento, en contacto con el exterior", ha declarado.

EL GARCÍA-ALIX MÁS ABSTRACTO

Por su parte, el comisario de la exposición, Nicolás Combarro, ha subrayado que la muestra presenta "una reflexión del artista sobre la fotografía, generando una especie de relatos o fábulas con diferentes capítulos" y ha añadido que es una "exposición muy fotográfica que da una vuelta de tuerca más, jugando con otros elementos de la fotografía".

Combarro ha afirmado que el fotógrafo "confirma esa experimentación" con "una historia abierta en la que va tomando diferentes perspectivas en sí misma" y en donde se presenta al García-Alix "más abstracto" que se ha ido hacia el simbolismo.

Además, la exposición se completa con un vídeo de nueva producción que se convierte en el eje del proyecto con una narración en primera persona. De esta forma, la voz de García-Alix traslada a través de microrrelatos a 'San Carlos', una ciudad de luces y sombras; al 'jardín perdido' y sus alegorías orgánicas; los 'olvidados y mártires', retrato de una generación de supervivientes y caídos; o a 'Rocinante', la motocicleta vista como una montura abstracta de velocidad y desequilibrio. Un tránsito emocional a través de un imaginario propio: paisajes urbanos, naturalezas abstractas, retratos, autorretratos.